Un análisis realizado en niños y niñas con tuberculosis indica que algunos fármacos de primera línea no alcanzan concentraciones suficientes en el cuerpo para eliminar la infección. El estudio, liderado por Elisa López-Varela, investigadora de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, y del Desmond Tutu TB Centre, ayudará a diseñar nuevos regímenes de tratamiento antituberculoso más cortos y eficaces en población infantil.

La tuberculosis (TB) es causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis) que afecta a los pulmones, y también a ganglios linfáticos adyacentes. La TB se puede curar, pero para ello es necesario asociar diferentes fármacos antibacterianos durante varios meses. Los fármacos necesitan alcanzar concentraciones adecuadas en las lesiones para eliminar la infección y prevenir la aparición de bacterias resistentes.

El tratamiento de niñas y niños con tuberculosis pulmonar se ha establecido en base a estudios realizados en adultos. “Y, sin embargo, sabemos que el espectro clínico de la enfermedad en población infantil y adulta es diferente, y que el fármaco se comporta de manera diferente en el cuerpo de un niño que en el de un adulto,” señala López-Varela. En este estudio, ella y sus colegas en Sudáfrica midieron la concentración de cuatro fármacos de primera línea (rifampicina, isoniazida, pirazinamida y etambutol) en la sangre, ganglios linfáticos torácicos y liquido broncoalveolar en 13 niñas y niños con TB pulmonar en los que se practicó una broncoscopia o una intervención quirúrgica de los ganglios.

Dosis más bajas en sangre

Los resultados muestran que los fármacos penetran a los tejidos de manera similar en la población infantil y adulta. Sin embargo, con las dosis recomendadas actualmente para niños, las concentraciones en sangre son menores que en los adultos, y por lo tanto no llega suficiente fármaco a los tejidos lesionados. Sólo uno de los fármacos (isoniazida) alcanzó niveles suficientes.

“Esto significa que el tratamiento antituberculoso en población infantil mejoraría utilizando dosis más elevadas de rifampicina y etambutol,” comenta López-Varela. El estudio también aporta los primeros datos sobre penetración del etambutol en humanos. “El fármaco penetra bien al tejido, pero habría que usar la dosis más alta recomendada (25 mg/kg) para alcanzar niveles suficientes en las lesiones”, añade la investigadora.

Aunque se trata de un estudio pequeño, estos datos ayudarán a diseñar nuevos regímenes de tratamiento antituberculoso más cortos y eficaces en población infantil.

Referencia

Lopez-Varela E, Abulfathi AA, Strydom N et al. Drug concentration at the site of disease in children with pulmonary tuberculosis. J Antimicrob Chemother. 2022 Apr 25. doi: 10.1093/jac/dkac103.

Foto: Michael Schofield / Unsplash

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