Entrevista de Andrea Pelayo Herrera en El Mundo a Jorge Barrero, adjunto a la presidencia de Asebio

Pocos sectores han nacido con una asociación protectora detrás desde el día cero. En el caso de la biotecnología en España, la asociación Asebio que la representa reconoce, en palabras de su adjunto a la presidencia, Jorge Barrero, que «quizás incluso se adelantó a su tiempo y hubo asociación antes que un sector que defender». Pero 15 años después, y con un armonizado desarrollo en paralelo, tanto Asebio como las 'biotec' tienen mucho que aportar. No en vano, la patronal de las biotecnológicas acaba de anunciar que éstas supusieron en 2012 -último dato analizado- el 7,8% del PIB español. El sector ha tomado fuerza sorprendentemente en años de crisis: en 2008 la bioeconomía suponía sólo el 2,98% del PIB y sólo un 3% de empresas eran usuarias de sus servicios, mientras ahora hay más de 3.000 compañías usuarias, más del 7%.

Uno podría pensar, sin embargo, que la coyuntura económica no ha afectado a estas empresas. «El problema es que las biotec entraron en crisis con retraso y ahora que la economía remonta, sufrimos nosotros», confiesa Barrero. Y continúa, preocupado: «Nunca hemos estado tan cerca del éxito pero también estamos al borde del colapso». El sector clama por la financiación y, al haber madurado, «necesita clientes como la administración pública», por lo que Asebio apuesta fuertemente por vehículos como la compra pública innovadora.

La llegada de ayudas como las que prevé la Ley de Emprendedores, como el anticipo de los créditos fiscales, ha sido otra de las batallas libradas por Asebio durante los últimos años. Sin embargo, que no se puedan aprovechar hasta 2015 ó 2016 hace que Barrero sea crítico. «Algunas desaparecerán antes de poder disfrutarlo». Porque, dice, en las biotecnológicas estamos ante un tema «binario» donde «no hay situaciones intermedias: o son éxito o fracaso», sentencia deseando que ninguna de ellas tenga que sentir una frustración similar a la que vivió Carlos Sáinz en el Rally de Inglaterra de 1998 al no poder arrancar el coche a 500 metros de la línea de meta. Ninguna biotec debería quedarse a las puertas de la victoria por no encontrar financiación.

'Nunca hemos estado tan cerca del éxito y también al borde del colapso'

Asebio atesora ahora «los problemas de la adolescencia, no de la niñez», que puede afrontar gracias a las canas que dan los años y al trabajo bien hecho cuando apenas nadie creía en el desarrollo del sector y con la implicación de personas como Regina Revilla, presidenta de Asebio, o el propio Barrero, que hablan con pasión contagiosa -y seguramente envidiable- de «esa caja de herramientas que es la biotecnología y que sirve para resolver problemas y emplea las soluciones que ha dado la naturaleza», en palabras de Barrero.

Así, la asociación ya no dedica todas sus fuerzas -porque ya lo ha conseguido- a lograr reconocimiento público, crear una marca internacional o desarrollar una cultura emprendedora en las universidades. De hecho, Barrero tiene claro que el recorrido en este sentido ha sido «espectacular» e incluso se ha producido «una especie de moda». El adjunto a la presidencia de Asebio no deja pasar por alto los riesgos: «No debe emprender el que quiera sino el que pueda porque es algo serio y debemos intentar que nazcan sólo las empresas que deben porque tienen modelos de negocio sólidos y pueden crecer rápidamente con capital privado y apoyo público». Sin embargo, Barrero considera que el boom ha sido «sano» y ha servido para generar «un tejido muy valioso de gestores y emprendedores que ha hecho que los negocios que se crean ahora nazcan mejor que hace diez años».

Pero lo que es innegable es que las políticas de creación de empresas han funcionado. «En número de compañías España no tiene un problema, son 625, muy acorde con el tamaño de su economía». Donde sí hay un problema, opina Barrero, es en sus pequeñas dimensiones. «Probablemente incluso tengamos más compañías de las que debiéramos y las fusiones serían una solución para concentrar el sector y crear empresas con menos riesgo, más diversificadas y más visibles para el capital internacional».

Con el objetivo de demostrarle a la Administración que existe «una casuística sobre la que trabajar», Asebio ha desarrollado un algoritmo de compatibilidad de empresas. Basándose en 120 compañías del sector de la salud humana, han analizado sus posibilidades de asociación desde tres perspectivas: financiera, tecnológica y otras como la posibilidad de compartir instalaciones, la afinidad de los emprendedores o la participación de accionistas comunes. «Hay muchos cruces posibles: hay necesidad y oportunidad», sentencia Barrero, convencido de que hasta el momento, Asebio ha ejercido de Meetic es decir, «de indicador de compatibilidad», por lo que el siguiente paso sería el celestinaje, para lo que la cultura, dice Barrero, es el principal problema. «Pero el cambio es posible igual que pasó con la creación de empresas», se convence.

Entretanto, Asebio sigue con la labor de la asociación que ha madurado junto al sector. Por ello se encuentran ya inmersos en la preparación de Biospain, uno de los principales encuentros empresariales en biotecnología a nivel internacional y que este año contará en Santiago de Compostela, entre otros, con los mayores expertos de impresión 3D para ingeniería de órganos. Han pasado 15 años, sí. Pero tanto la biotecnología como su patronal apenas han comenzado a explotar sus posibilidades.

Informe: el estado del sector

Menos empresas, más empleo. El último informe Asebio sobre el estado del sector muestra cómo hay 625 empresas completamente dedicadas a la biotecnología, un dato que desciende por primera vez en la serie histórica (5,3%). Sin embargo, las empresas existentes están más consolidadas y emplean a 203.000 trabajadores, un 0,36% más. Otro indicador de la madurez del sector es la cifra de negocios. El sector alcanzó los 80.312 millones de euros en 2012, el 5,58% más respecto a 2011. Un 47,8% del total se atribuye a las empresas que tienen la biotecnología como línea secundaria, el 41,24% donde es necesaria para la producción y el resto procede de las estrictamente 'biotec'. El número de productos lanzados en 2013 fue de 126. El 60% de estos lanzamientos están dirigidos a lo que se conoce como biotecnología roja, es decir, la biosanitaria, seguidos por la blanca o industrial con el 26% y por último la verde o agroalimentaria con un 14%. La internacionalización es un año más una prioridad para las 'biotec', seguida por el lanzamiento de nuevos productos. En 2013, el 85% de socios de Asebio realizó alguna actividad internacional y, además, sus empresas asociadas estiman por primera vez que el mercado prioritario es el latinoamericano, seguido de la UE, Suiza y EEUU.

* Entrevista publicada con la autorización expresa del medio para este portal

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