A la hora de extirpar un tumor cerebral, la neurocirugía se enfrenta siempre a un delicado reto de equilibrio. Por un lado, asegurar la extirpación máxima del tejido tumoral para reducir su reaparición; y por otra, evitar la resección de tejido cerebral sano para minimizar las secuelas de la operación. Para ampliar las posibilidades de alcanzar estos dos objetivos, el Institut Guttmann ha iniciado el ensayo clínico PREHABILITA, el primero en el mundo que aplica técnicas de neuroestimulación no invasiva para modificar la actividad cerebral antes de una cirugía de tumor, con el objetivo de reducir sus secuelas físicas y cognitivas. Hasta ahora, 14 pacientes han participado en el ensayo, financiado por la Fundación Joan Ribas Araquistain y cuyo protocolo se publicó ayer en la revista Frontiers in Neurology.

“El PREHABILITA se basa en un concepto clave cuando hablamos del cerebro: la plasticidad cerebral, que es la capacidad de este órgano para establecer nuevas conexiones que le permitan reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones, como por ejemplo el envejecimiento o la aparición de tumores”, explica Kilian Abellaneda, Doctor en Neurociencias y co-Investigador Principal del proyecto.

La plasticidad implica que, aunque existen determinadas regiones del cerebro que son más importantes para unas funciones que para otras, en realidad este órgano es una enorme red formada por cientos de miles de elementos interconectados entre sí, lo cual lo que permite desplazar ciertas funciones, como el habla o el movimiento, de una zona a otra. “Cuando vemos que la cirugía puede afectar a una zona crítica para alguna de estas funciones, aplicamos un protocolo de prehabilitación no invasiva que desplaza la función a una zona segura del cerebro, por lo que da más margen al neurocirujano/a para actuar sin miedo a generar secuelas”, añade Josep Maria Tormos, Doctor en Medicina y co-Investigador Principal del proyecto.

Primer ensayo clínico en el mundo

Hasta ahora, estas estrategias previas a la cirugía se habían llevado a cabo mediante técnicas invasivas como la implantación de electrodos intracraneales. Sin embargo, estos métodos requieren de dos cirugías en lugar de una, lo que causa o incrementa el riesgo de infecciones y otras complicaciones postoperatorias. En el caso del PREHABILITA, los investigadores utilizan técnicas no invasivas que en el pasado sólo se habían aplicado a tal fin en dos pacientes. Este ensayo, el primero en el mundo, pretende ahora investigar la viabilidad y eficacia de llevar ese protocolo no invasivo a la práctica clínica.

Las 14 personas que han participado hasta ahora en el estudio eran pacientes mayores de edad con un tumor cerebral susceptible de ser operado y que presentaban riesgo de desarrollar secuelas en funciones motoras o cognitivas –particularmente el lenguaje– a consecuencia de la intervención. Todas siguieron, en las semanas previas a la cirugía, entre 10 y 20 sesiones de neuromodulación combinadas con entrenamiento intensivo en labores lingüísticas o motoras. “La neuromodulación inhibe la actividad de una determinada zona del cerebro, como si estuviera lesionada, durante un período limitado. Esa área queda en penumbra y, como el participante está realizando actividades de habla o movimientos muy exigentes, el cerebro se ve obligado a buscar una región alternativa que le permita llevarlas a cabo. De esta forma, preparamos al cerebro para que, en caso de que la cirugía cause una lesión real, ya haya otras zonas que le permitan funcionar adecuadamente”, expone Leonardo Boccuni, fisioterapeuta e investigador predoctoral del proyecto. “Es un razonamiento inverso a lo que hacemos en una rehabilitación postictus, por ejemplo. En la rehabilitación se produce una lesión y después hay un tratamiento. Por el contrario, en la prehabilitación se hace un tratamiento antes para evitar las secuelas de una potencial lesión”, continúa.

Buscar recursos cerebrales ‘alternativos’

Si se necesita una intervención más focal, en una zona concreta, el equipo investigador aplica la estimulación magnética transcraneal, una técnica que utiliza campos magnéticos para excitar o inhibir la actividad de las células del cerebro. Por el contrario, si el tumor afecta a un área más difusa, se emplea la estimulación eléctrica transcraneal.

En cuanto a los ejercicios posteriores a la neuromodulación, se deciden en función de cada paciente, pero pueden ir desde tocar el piano hasta montar figuras de Lego, pasando por deportes de pelota o manipulación de objetos diversos. “Lo importante es que la persona no esté acostumbrada a la tarea, de modo que le requiera un esfuerzo extra llevarla a cabo y obligar al cerebro a buscar recursos”, aclara Abellaneda. Para las tareas cognitivas y del lenguaje, se utiliza la plataforma Guttmann NeuroPersonal Trainer, que incluye ejercicios de generación de palabras, gramática, comprensión lectora, orientación temporal-espacial o cálculo mental,
entre otros.

El equipo investigador está analizando en estos momentos los resultados clínicos de las intervenciones, así como el potencial de aplicación del protocolo de prehabilitación en un contexto más allá del ensayo.

El Institut Guttmann lleva a cabo el PREHABILITA con la colaboración de los equipos de neurocirugía del Hospital del Mar, el Hospital Clínic, el Hospital del Vall d'Hebron, el Hospital de Bellvitge, la Mutua de Terrassa y HM Delfos, así como del servicio de Resonancia del IDIBAPS.

“El PREHABILITA permite modificar la planificación quirúrgica, lo que en muy pocas ocasiones puede hacerse. Desplazar las zonas elocuentes o críticas del cerebro me posibilita como neurocirujana trabajar de forma más segura y poder ejecutar resecciones más amplias, incluso totales, respetando la funcionalidad cerebral y por
tanto evitando secuelas, algo que sin la prehabilitación seguramente no se daría”, afirma Gloria Villalba, neurocirujana del Hospital del Mar y colaboradora del proyecto. En esta línea, Tormos concluye: “El equipo de trabajo transdisciplinar permite optimizar la planificación quirúrgica y poner al alcance de los pacientes el conocimiento y las tecnologías más avanzadas para minimizar los riesgos asociados a la cirugía de tumores cerebrales”.

Imagen: Edgar Buloz, Raúl González (paciente), Josep Maria Tormos, Montserrat Bernabeu, Kilian Abellaneda, Alba Roca, Gloria Villalba, Selma Delgado y Maria Redondo.

Institut Guttmann

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