El Programa de Investigación en Tumores del tracto digestivo del CIBERONC está enfocado principalmente en dos de los tumores de mayor impacto social, por su alto índice de mortalidad y su agresividad: el cáncer de colón y el de páncreas. A pesar de los grandes avances tecnológicos y científicos de los últimos años en el diagnóstico y tratamiento de estas patologías, aún quedan grandes retos clínicos que necesitan ser abarcados y resueltos lo antes posible. En este camino, el Programa de Investigación combina el potencial de 11 grupos de investigación de reconocido prestigio para, desde la experiencia en la ciencia básica y clínica, abordar estos retos de gran relevancia sanitaria. Gabriel Capellá es su coordinador.

-Usted coordina el programa de investigación del CIBERONC en Tumores del Tracto Digestivo, ¿cuáles son las prioridades de investigación que se marca este programa?

-Nuestra prioridad desde el inicio del Programa ha sido centrarnos en la caracterización molecular de los tumores gastrointestinales desde una perspectiva temporal y espacial. Conocer en detalle cómo el tumor evoluciona en el tiempo y cómo lo hace en las diferentes áreas o lesiones acabará teniendo un impacto positivo en cómo manejamos a los pacientes.

-¿Qué supone la puesta en marcha de este centro de investigación en red en el área oncológica para el progreso de la investigación en estas áreas?

-Este programa del CIBERONC es la evolución de un programa similar que estaba en marcha desde hace años en la Red Temática de Investigación Cooperativa en Cáncer o RTICC. El Programa tuvo dos aciertos relevantes: por un lado, ser capaz de integrar a algunos de los investigadores básicos/traslacionales más relevantes en cáncer colorrectal o páncreas, y por otro lado, potenciar la colaboración con los investigadores clínicos más destacados, principalmente del Grupo de Tratamiento de los Tumores de Digestivos o TTD. La puesta en marcha de Centro de Investigación en Red de Cáncer consolida estos avances y refuerza la participación de grupos clínicos que se presentan habiendo cerrado nuevas alianzas con investigadores traslacionales, por lo que el programa se refuerza doblemente. Además nos centramos en el valor añadido de la colaboración intentando desde el principio identificar nuevos proyectos conjuntos que aborden temas candentes.

-¿Cuál es el balance que hace de estos primeros meses de trabajo de este programa del CIBERONC?

-Las dos palabras claves que mejor definen estos meses son la consolidación de la colaboración en investigación en cáncer colorrectal y cáncer de páncreas. Los grupos que participamos nos hemos conocido más, hemos identificado muchas oportunidades nuevas de colaboración y nos hemos dado cuenta del grado de interacción y colaboración ya existente entre los grupos. Como ejemplo, este mismo año se han solicitado y/o concedido 5 proyectos con participación coordinada de grupos del Programa. En global estamos contentos con el progreso realizado, siendo conscientes de que en el futuro debemos identificar 2-3 proyectos de alcance colaborativos que nos identifiquen como CIBERONC-GI.

-¿Cuántos grupos de investigación integran este programa y cuáles son sus perfiles?

-Nuestro Programa está compuesto por 11 grupos de investigación, de los cuales 7 están liderados por investigadores clínicos que se han asociado con investigadores traslacionales, 3 grupos traslacionales-básicos y 1 grupo centrado en la epidemiología molecular. A estos tres grupos se deben añadir como asociados tres grupos: un grupo clínico con gran interés en nuestra patología pero perteneciente al Programa de Cáncer de Mama y 2 investigadores del Programa de Mecanismos Moleculares que tienen una larga tradición en el estudio del cáncer colorrectal en particular. Es un grupo de investigadores amplio y de gran potencial.

-¿Cómo se articula la colaboración con otros grupos del CIBERONC, con otras áreas del CIBER y, en especial, con el CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas?

-Algunos de nuestros grupos colaboran de manera activa con el CIBERESP (Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública) y también con el CIBERER (Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras) y, efectivamente, también con el CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), en particular en el campo del descubrimiento y validación de biomarcadores y de la predisposición a desarrollar cáncer hereditario. En un futuro próximo queremos dar a estas colaboraciones ya existentes una dimensión más institucional.

-Uno de sus campos prioritarios de investigación pone el foco en el cáncer colorrectal, ¿cuáles considera los principales retos que presenta este tipo de cáncer para la investigación de cara a mejorar sus altas tasas de mortalidad?

-El cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte por cáncer en Europa y, a pesar de este impacto, es evidente que los avances realizados en su diagnóstico y tratamiento nos han beneficiado. Quizás el reto mayor que presenta sea que las mejoras obtenidas en enfermedad diseminada no sean todavía curativas en la mayoría de los casos. Una mejor selección de los pacientes tributarios a un determinado tratamiento será fundamental en todos los estadios de la enfermedad. Finalmente, la implementación de programas de cribado y el desarrollo de nuevas terapias efectivas también son cruciales.

-¿Cuáles son los principales proyectos de investigación que tienen en marcha los grupos de CIBERONC en este campo y sus aportaciones?

-En cáncer colorrectal quisiera destacar dos. En primer lugar, el esfuerzo realizado en la mejora de modelos de medicina personalizada tanto in vivo como in vitro. La colección de PDX (Patient Derived Xenograft) ha crecido mucho gracias a la contribución de muchos grupos y se ha puesto un interés creciente en muestras apareadas antes de iniciar el tratamiento y tras progresión. También se ha trabajado en diseminar a los grupos interesados la tecnología de establecimiento de organoides derivados de tumores de pacientes para poder explorar todo su potencial como modelo preclínico. En segundo lugar, quisiera destacar la investigación orientada a determinar la utilidad clínica de la biopsia líquida de manera dinámica en entornos clínicos bien definidos. Hasta la fecha, se ha puesto el énfasis en la estandarización de los procedimientos de recogida y procesamiento de las muestras, así como en la comparación de diferentes metodologías y su correlación con la biopsia tumoral que ya ha comportado alguna publicación conjunta.

-¿A qué se debe que la mortalidad en el cáncer de páncreas siga siendo tan elevada, frente a los progresos que sí ha habido en el pronóstico de otros tipos de cáncer?

-La mortalidad por cáncer de páncreas es muy elevada con una supervivencia inferior al 20% en el primer año posterior al diagnóstico y a esto se asocia una incidencia creciente, por lo que su impacto en la mortalidad por cáncer será cada vez mayor. Esta mortalidad está asociada a una progresión tumoral rápida y silente que retrasa el diagnóstico. Además, no disponemos de marcadores de diagnóstico precoz y los tratamientos disponibles no son particularmente efectivos.

-¿Cuáles son los principales retos para la investigación en el cáncer de páncreas?

-El principal reto que tiene la investigación en cáncer de páncreas es que disponga de recursos acordes al impacto sanitario que tiene. El hecho de que nuestro programa lo identifique como una prioridad es reflejo de esta voluntad. El segundo reto es la identificación de las personas con un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad y disponer de marcadores sensibles y específicos que permitan un diagnóstico precoz. El tercer reto es identificar nuevas dianas terapéuticas que abran nuevas expectativas en esta enfermedad tan demoledora.

-¿Qué líneas de investigación tienen en marcha en este campo en el marco de este programa?

-Vale la pena destacar la potenciación del Registro Español de Cáncer de Páncreas Familiar que permite conocer el impacto del estudio de la base genética y la utilidad de los marcadores en una población con alto riesgo de desarrollar cáncer. También el desarrollo de modelos de riesgo que permitan identificar alguna subpoblación con un mayor riesgo. También trabajamos en la identificación de nuevos subtipos moleculares que se puedan beneficiar de tratamientos específicos. Finalmente vale la pena destacar que la plataforma transversal de PDX y de organoides también impacta de manera positiva en este programa.

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