Hacer frente a la diversidad tumoral es uno de los grandes retos que tiene por delante la investigación oncológica. La medicina de precisión se centra en hacer frente a cada tumor según sus características, y así buscar el tratamiento más adecuado para cada paciente. Pero, a la vez, esta búsqueda de la personalización del tumor limita el número de pacientes que se puedan incluir en ensayos para estudiar dichas características, que en muchos casos pueden ser alteraciones infrecuentes.
Para superar este obstáculo nacieron los estudios basket, en los que lo determinante era el tipo molecular del tumor y no su localización anatómica. Su objetivo es encontrar vías de tratamiento común en distintos tipos de cáncer. Para ello, los pacientes que tienen una misma característica molecular se agrupan en un único módulo o basket, en el que se pueden incluir, por tanto, pacientes con cáncer de mama, de próstata, de pulmón u otros tipos. Lo importante es que todos compartan la misma alteración molecular y no tanto la localización anatómica de su tumor. Esto es especialmente importante para aquellos pacientes que ya han agotado las líneas estándar de tratamiento, ya que supone una nueva oportunidad terapéutica.
Un paso más en esta línea permitió el desarrollo de los estudios plataforma. En ellos se busca el máximo beneficio para los pacientes y ofrecerles la mayor variedad terapéutica posible. Así, el estudio Basket of Baskets (BoB), un proyecto liderado por el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), pionero en Europa y uno de los primeros estudios plataforma, tiene como objetivo tratar a más pacientes de manera de más eficaz, más flexible, agilizar procesos y acelerar el acceso a nuevos fármacos en desarrollo para su mayor beneficio clínico.
“La novedad del estudio BoB es que no se limita a un único módulo o basket, sino que se agrupan varios de ellos bajo un mismo paraguas. De esta forma, a cada paciente que se incorpora al ensayo se le realiza un único análisis. Esto nos permite identificar todas las alteraciones que son susceptibles de tratamiento en ese paciente. Así no nos centramos en una sola alteración, sino que es posible analizar todas las mutaciones de los tumores del paciente y ofrecerle todas las posibilidades de tratamiento que se incluyan, a medida que se amplíen los módulos o baskets. Esto siempre en base a las características tumorales propias de cada paciente”, explica la Dra. Irene Braña, de la Unidad de Terapia Molecular del Cáncer – CaixaResearch (UITM – CaixaResearch) del VHIO, que dirige la Dra. Elena Garralda, y una de las investigadoras principales del BoB, junto con el Dr. Jordi Rodón, miembro del Comité Directivo y coordinador global del estudio.
A finales de 2018 se inició, en la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer – CaixaResearch, el primer módulo de este estudio BoB, en el cual se estudiaba cómo seleccionar el mejor tratamiento de inmunoterapia atendiendo a las mutaciones genéticas presentes en el tumor. Este módulo, que sigue activo, ya ha reclutado más de 600 pacientes. Ahora, empieza el segundo módulo previsto en el BoB, en el que ya se han incluido dos pacientes en VHIO, los primeros que se tratan a nivel mundial.
El nuevo módulo que ahora se ha iniciado en el ensayo BoB se centrará en las alteraciones en el receptor del factor de crecimiento de fibroblastos, o FGFR por sus siglas en inglés. Aunque es una alteración rara, los genes que regulan los FGFR presentan cambios y alteraciones en múltiples tipos tumorales. Esto lo convierte en una posible diana para las terapias dirigidas, que puedan ser efectivas independientemente del tipo de tumor. Una de estas terapias es futibatinib, un tratamiento oral que de forma selectiva inhibe los FGFR, y así aumenta la muerte de las células que sobreexpresan estas proteínas. Esto lo convierte en un fármaco con un importante potencial antineoplásico.
Este nuevo módulo contará con cuatro ramas o grupos de estudio que evaluarán los resultados de utilizar este inhibidor de FGFR en el tratamiento del cáncer. La primera de las ramas estudiará a pacientes con mutaciones patogénicas identificadas de FGFR, de las que ya se conoce su importancia en el desarrollo de la enfermedad. La segunda rama estudiará, en cambio, alteraciones de FGFR cuya relevancia en el desarrollo del cáncer no se sabe a día de hoy, pero que debido a la posición que ocupan en el receptor se intuye que podrían tener un papel clave en la evolución del tumor. Las dos últimas ramas evaluarán, además, pacientes con muchas copias de los genes que regulan los FGFR: una para aquellos pacientes que presentan no solo muchas copias sino también alteraciones en el ARN mensajero y otra para los que no las presentan.
Un trabajo previo de la Dra. Violeta Serra, del Grupo de Terapias Experimentales del VHIO, profundizó en la problemática de la identificación de pacientes sensibles a los inhibidores de FGFR, debido a que no todos los tumores que presentan alteraciones en el número de copias del ADN presentan sobreexpresión del ARN mensajero de FGFR o de su proteína, sobre la que actúan los inhibidores. Gracias este hallazgo, el nuevo módulo de BoB evaluará además pacientes con muchas copias de los genes que regulan los FGFR en estas últimas dos ramas.
“En estudios previos sin seleccionar pacientes sabemos que no hemos sido capaces de ver suficiente actividad del fármaco. Ahora esperamos que de esta otra forma podamos conseguir resultados que nos ayuden a vislumbrar si existe algún perfil en concreto entre las diferentes posibilidades de variaciones de FGFR que pueda obtener más beneficio de este tratamiento”, comenta la Dra. Irene Braña, también oncóloga del Hospital Universitario Vall d’Hebron.
La Unidad de Terapia Molecular del Cáncer – CaixaResearch (UITM-CaixaResearch) será la encargada del desarrollo de este nuevo módulo. VHIO es el promotor de este módulo, que está financiado por la empresa farmacéutica TAIHO, y se añadirá al ya existente desde diciembre de 2018, que tiene como objetivo evaluar la eficacia de atezolizumab, un inhibidor del punto de control inmunitario, en pacientes cuyos tumores presentan mutaciones genéticas relacionadas con la reparación del ADN o con un alto grado de mutaciones. “En este primer módulo, financiado por Roche y todavía en activo, ya se han reclutado más de 600 pacientes, 80 de los cuales ya han sido incluidos, y se seguirá hasta alcanzar los 100 que se establecieron como necesarios”, comenta el Dr. Jordi Rodón, quien también es investigador asociado al Grupo de Desarrollo Clínico Precoz de Fármacos del VHIO y actualmente investigador en el MD Anderson Center de Texas, en los Estados Unidos.
El estudio BoB es un estudio multicéntrico en el que participan ocho hospitales europeos y con él se pretende reclutar pacientes que presentan perfiles moleculares poco comunes en diferentes tumores sólidos. “El estudio BoB constituye un claro ejemplo de medicina personalizada, ya que cada paciente tiene acceso a un módulo y una rama de tratamiento en función del perfil molecular que presenta. Además, es una oportunidad de formar parte de un estudio que de otra manera sería insostenible, ya que se trata de alteraciones poco frecuentes. De ahí la importancia del trabajo conjunto de diversos hospitales”, recalca la Dra. Elena Garralda, directora del UITM – CaixaResearch.
BoB se lleva a cabo a través del consorcio Cancer Core Europe, una entidad creada para impulsar la investigación oncológica en Europa y acelerar la transferencia de los resultados al paciente. El consorcio fue creado en 2014 promovido por sus seis socios fundadores y sus institutos oncológicos de investigación traslacional de reconocida excelencia: Gustave Roussy Cancer Campus Grand Paris (Villejuif, Francia), Cambridge Cancer Center (Cambridge, Reino Unido), Karolinska Institute (Estocolmo, Suecia), Netherlands Cancer Institute – NKI), National Center for Tumor Diseases – DKFZ-NCT (Heidelberg, Alemania) y VHIO. Más adelante se unió a CCE la Fondazione IRCCS Istituto Nazionale dei Tumori, que también se incorporará a este segundo módulo del estudio.