El Hospital Clínic - IDIBAPS ha publicado recientemente un estudio donde se pone de manifiesto la importancia de una proteína, llamada Factor H de complemento (CFH), para la predisposición a desarrollar degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

La DMAE es una patología crónica y progresiva que provoca una pérdida irreversible de la visión. Afecta el área central de la retina: la mácula, responsable de la visión central y de la fijación de la mirada, para realizar actividades como leer, usar la computadora o conducir. Provoca visión central borrosa y alteración de la forma de las imágenes y de su tamaño.

La retina se encarga de transformar la luz que recibe en un impulso nervioso que llega al cerebro a través del nervio óptico, y así se perciben las imágenes. Es el tejido más metabólicamente activo del cuerpo. Debido a la complejidad de la retina, los mecanismos que desencadenan la DMAE todavía son objeto de estudio. Lo que se sabe hasta ahora es que la inflamación persistente y el estrés oxidativo desencadenan una disfunción en el epitelio pigmentario de la retina.

En este trabajo, desarrollado por el Instituto de Oftalomolgia del Clínic, los autores discuten la relación de la estructura y la función de la familia de proteínas del FH del complemento como reguladores de la inflamación y el estrés oxidativo en la patofisiología de la DMAE.

El envejecimiento supone una capacidad reducida de controlar el balance entre las señales pro- y anti-inflamatorios, que favorecen la inflamación crónica y, a la vez implica un aumento del estrés oxidativo. El FH, es uno de los principales reguladores del complemento, y es capaz de regular la respuesta inflamatoria, pero también tiene un papel protector en el estrés oxidativo. Sin embargo, en pacientes genéticamente susceptibles, con alteraciones en los genes CFH y CFHR4 del Factor H, parece ser incapaz de controlar la inflamación crónica y el daño a la retina.

El FH de los pacientes con la variante genética de riesgo Y402H, tiene alterada su capacidad de regular tanto la inflamación como el estrés oxidativo. Por otra parte, los pacientes con niveles elevados de la proteína FHR4 (debido a alteraciones genéticas) compite con el FH y limita su capacidad protectora.

Estos escenarios combinados con los procesos asociados al envejecimiento contribuyen a la progresión de la DMAE. Estos hallazgos permitirán desarrollar y testar posibles terapias que estimulen la función de los genes alterados asociados al funcionamiento del factor H.

Informació documentada per: Dra. Blanca Molins, Servei d’Oftalmolgia de l’Hospital Clínic de Barcelona, Grup de recerca en Inflamació Ocular, IDIBAPS.

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