El Vall d’Hebron Barcelona Campus Hospitalario ha liderado un estudio que compara el efecto de una dieta baja en residuos fermentables (FODMAP) con el efecto de un prebiótico en la mejoría de los síntomas asociados a la producción de gas intestinal, como por ejemplo, la flatulencia, la distensión abdominal o la sensación de plenitud. Aunque tienen un efecto opuesto sobre la microbiota intestinal, tanto la dieta como el prebiótico logran mejorar la sintomatología, y en el caso del prebiótico, el efecto se mantiene hasta dos semanas después de haber dejado de tomarlo.

Este estudio, randomizado y doble ciego, ha sido conducido por el Dr. Fernando Azpiroz, jefe del Servicio de Aparato Digestivo de Vall d’Hebron y del grupo de investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR). Se ha publicado en la revista Gastroenterology y ha contado con la colaboración del Hospital General de Catalunya.

En el estudio participaron 44 pacientes con trastornos gastrointestinales (síndrome de intestino irritable y distensión abdominal) que referían flatulencia. De ellos, 40 completaron el estudio que tuvo una duración de 7 semanas divididas en 3 fases: 1 semana de pre-tratamiento, 4 semanas de tratamiento y 2 semanas de seguimiento.

Los pacientes, aleatoriamente se dividieron en dos grupos. Uno de ellos siguió una dieta baja en FODMAP y al otro grupo se le dio una dieta normal y un prebiótico. Esta fase de tratamiento duró 4 semanas y se comprobó que ambos grupos de pacientes experimentaron una mejoría similar. “No obstante, al estudiar el metabolismo y la composición de la microbiota se vio que la dieta FODMAP y el prebiótico ejercía un efecto opuesto: mientras que dieta baja en residuos fermentables producía un empobrecimiento de la microbiota, el prebiótico produjo una proliferación de bacterias beneficiosas”, explica el Dr. Fernando Azpiroz.

Al finalizar la fase de tratamiento los pacientes que habían seguido la dieta FODMAP sufrieron un efecto rebote, es decir, que aumentaron nuevamente los síntomas. En cambio, la mejoría en los síntomas se mantuvo durante dos semanas en los pacientes del grupo que había tomado el prebiótico. El enriquecimiento de la microbiota que se consigue con el prebiótico explicaría por qué la mejoría en los síntomas persiste después de interrumpir el tratamiento.

“Tanto dieta FODMAP como prebiótico tienen un efecto similar mientras se administran, pero mientras que la dieta baja en residuos fermentables requiere de una administración continuada con el riesgo de producir daño en la microbiota a largo plazo, el suplemento prebiótico se podría dar de forma intermitente porque el efecto persiste un tiempo tras el tratamiento”, concluye el Dr. Azpiroz.

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