Personal investigador del grupo “Inmunología y alergia” del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), liderado por Rafael Solana Lara, del Hospital Universitario Reina Sofía y de la Universidad de Córdoba han evidenciado que las personas infectadas por SARS-CoV-2 (COVID-19) y por el herpesvirus citomegalovirus, presentan un envejecimiento prematuro del sistema inmunitario, lo que se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y autoinmunitarias.

El sistema inmunitario se deteriora con la edad, proceso al que se ha llamado inmunosenescencia; pero, además de la edad, existen factores externos que pueden acelerar este proceso. El citomegalovirus (CMV) es un herpesvirus común muy frecuente en la población mundial (40-90%) que no causa sintomatología. El CMV causa una infección crónica que produce una acumulación de células inmunitarias capaces de causar daño vascular, por lo que se le considera uno de los factores que más contribuyen al envejecimiento prematuro del sistema inmunitario. La inmunosenescencia acelerada asociada al CMV es un factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares y COVID-19 severo. La gran mayoría de los estudios sobre COVID-19 se centran en los casos graves, habiendo poca información sobre el impacto de este virus en la salud de aquellas personas que sufrieron la infección de forma leve o asintomática (no hospitalizados), que son la mayoría.

En este trabajo, los investigadores del IMIBIC, estudiaron el efecto del SARS-CoV-2 en el sistema inmunitario de personas que sufrieron síntomas leves o fueron asíntomáticos, así como su relación con la infección crónica por CMV. Los resultados mostraron que, tras la infección leve/asintomática por SARS-CoV-2, existe un aumento significativo de células inmunitarias asociadas a enfermedad cardiovascular, pero sólo en aquellos individuos que además presentaban infección crónica por CMV (CMV+). Sin embargo, en aquellos individuos CMV+ que se infectaron por SARS-CoV-2 tras haberse vacunado frente a la COVID-19, no se observó este fenómeno. Al comparar el porcentaje de estas células entre los individuos infectados por SARS-CoV-2 y pacientes con patología cardiovascular no se observaron diferencias, aunque estos últimos tenían una media de edad 26 años superior. El estudio, que ha sido publicado en la revista Journal of Infectious Diseases de la Editorial Oxford, demuestra que la coinfección con ambos virus (SARS-CoV-2 y CMV) favorece el envejecimiento prematuro del sistema inmunitario, lo que podría llevar al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. La vacunación contra SARS-CoV-2 parece prevenir, en cierta medida, este fenómeno. Dada la alta frecuencia de ambas infecciones a nivel mundial, este trabajo alerta de un potencial problema de salud global y aporta información relevante para entender los efectos a largo plazo de la COVID-19 en el sistema inmunitario y en la salud en general.

Fuente: https://academic.oup.com/jid/advance-article/doi/10.1093/infdis/jiad119/7143701

Fuente: IMIBIC - Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba

https://www.imibic.org/noticia/index/index.php?r=noticia%2Fview&id=378
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