En los últimos dos años hemos vivido una transformación en la industria sanitaria, viendo como dos grandes industrias, independientes y en constante evolución, se acercaban hasta acabar convergiendo y estableciendo lazos estrechos de colaboración.

A raíz de la covid-19, la biofarmacia - sector empresarial tradicional, dedicado a la fabricación, preparación y comercialización de productos químicos medicinales para el tratamiento y prevención de las enfermedades, liderado por grandes grupos con presencia internacional (Pfizer, Novartis, Roche, Eli Lilly, entre otros) - empieza a interesarse por un nuevo sector de salud, conocido también como ‘Healthtech’, centrado en desarrollar soluciones digitales, dispositivos avanzados y tecnologías innovadoras que de una forma u otra consigan acercar la sanidad al paciente y mejoren su calidad de vida ya sea por su carácter terapéutico, de diagnóstico o de monitorización de enfermedades.

La covid-19 puso al sistema en jaque, forzando a las empresas tradicionales a desarrollar soluciones que permitiesen seguir desarrollando productos y dando servicio a profesionales y pacientes, teniendo en cuenta las medidas de confinamiento adoptadas por todos los países. Otros factores como; la evolución de los dispositivos médicos hacia sistemas conectados que procesan grandes cantidades de datos, la necesidad de hacer más sostenible el sistema sanitario y más eficiente el descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos incorporando sistemas computacionales, juegan también un papel clave en la aceleración de este sector.

Es en este contexto cuando la industria biofarmacéutica, las corporaciones lideres en dispositivos médicos y las agencias regulatorias, incrementan su interés por tecnologías que permitan seguir reclutando a pacientes para estudios clínicos, dispositivos de monitorización en remoto, soluciones que mejoren la adherencia a fármacos, entre muchos otros.

A finales de 2020 empezamos a ver las primeras colaboraciones, acuerdo entre Boehringer Ingelheim y Click Therapeutics valorado en $500m para desarrollar tratamientos digitales para pacientes con esquizofrenia, colaboración entre Sidekick y Pfizer que proporcionan terapias digitales a pacientes con colitis ulcerosa y artritis reumatoide, J&J y Vivante monitorizan al paciente y crean biomarcadores digitales para desordenes gastrointestinales, Inbrain y Merck combinan grafeno con inteligencia artificial para la estimulación del nervio vago, Otsuka y Jolly Good utilizan realidad virtual para tratar desordenes de salud mental.

Otros indicadores que demuestran el interés por parte de la industria son las constantes inversiones a través de las divisiones de capital riesgo de las farmas (J&J JJDC en Cara Care), las alianzas entre distintos socios estratégicos para impulsar e invertir en innovación en todos los niveles (como la joint venture entre Sanofi, Capgemini Generali y Orange en Francia), y las primeras adquisiciones (Roche y MySugr, Medtronic y Nutrino). También aparecen las interacciones entre la industria DeepTech y los inversores de capital riesgo, que invierten conjuntamente para potenciar la ciencia y la tecnología de tal manera que lleguen a los pacientes en forma de empresa con soluciones innovadoras y disruptivas en el ámbito de la salud.

En Asabys decidimos apostar por invertir de forma transversal en innovación en salud desde el inicio y las noticias de los últimos años parece que validan nuestra tesis de inversión. La estrategia de inversión de nuestro primer fondo, SAHII I, y la de SAHII II, fondo actual, ha estado centrada en invertir un 50% de los recursos en compañías biofarmacéuticas y el 50% restante en compañías healthech, incluyendo tanto dispositivos médicos invasivos como soluciones puramente digitales. Este enfoque nos ha permitido seguir muy de cerca la transformación tecnológica de la industria sanitaria y entender las necesidades y oportunidades que se generan en el sector. Varias de nuestras participadas han protagonizado acuerdos de colaboración exitosos como el de Inbrain y Merck, el de Cara Care y J&J y los acuerdos de Sidekick con Bayer y Eli Lilly, entre otros, para mejorar el tratamiento de pacientes crónicos.

Creemos firmemente en que existen fuertes sinergias entre ambos sectores - tanto a nivel de talento, como a nivel regulatorio, de investigación y desarrollo, actividad comercial - y nuestro posicionamiento actual nos permite compartir los recursos, el network y el conocimiento adquirido con nuestras participadas existentes y futuras. Esta estrategia híbrida de inversión en equilibrio entre el sector biofarmacéutico y el tecnológico, nos permite acceder a más oportunidades, potenciarlas añadiendo valor y llevarlas al siguiente nivel corporativo para integrarse en compañías con capacidad de crecimiento y expansión, con el consecuente rendimiento para nuestros inversores.

Desde Asabys, vamos a seguir promoviendo la inversión en la industria sanitaria e impulsando a todos los stakeholders del sector, para que sigan desarrollando, generando acuerdos, alianzas, fusiones y adquisiciones, que tengan un objetivo final claro, mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Imagen: Clara Campas y Josep Lluis Sanfeliu (Asabys)

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