Gracias al avance de las técnicas de neuroimagen en los últimos años de investigación sobre la prevención delAlzheimer hemos sabido que la enfermedad puede iniciarse hasta 15 o 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas. De hecho, cuando aparecen los síntomas, el cerebro ya presenta lesiones irreversibles. De ahí que las estrategias científicas actuales se orientan a intervenir en la fase preclínica del Alzheimer. Esto es, antes de que los primeros síntomas sean notorios en el paciente.
Uno de los principales objetivos delBarcelonaβeta Brain Research Center de la Fundación Pasqual Maragall es, precisamente, conocer cómo y cuándo se inicia el proceso del Alzheimer. También se estudia cómo es su evolución y cuál es el mejor momento para actuar. Las pruebas de neuroimagen son unas excelentes aliadas en la investigación de la prevención del Alzheimer.
La neuroimagen es, en estos momentos, la única ventana de que disponemos para observar directamente los cambios que se producen en el cerebro antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad. Las pruebas de neuroimagen se han desarrollado muchísimo durante la última década.
Una de las pruebas de neuroimagen usadas en la investigación del Alzheimer es la tomografía por emisión de positrones (conocida como PET, por sus siglas en inglés), que nos permite ver la presencia y extensión en el cerebro de las principales características neuropatológicas del Alzheimer: las placas de beta-amiloide y los ovillos neurofibrilares de proteína tau hiperfosforilada. Esto, antes de contar con esta técnica, solo podía comprobarse mediante el estudio neuropatológico del cerebro una vez fallecida la persona.
Esta técnica se ha desarrollado de tal forma que, desde mediados de la década pasada, podemos cuantificar las tasas y patrones cerebrales de acumulación de la proteína amiloide en determinaciones sucesivas y en las mismas personas. Estos estudios muestran que estas alteraciones patológicas pueden llegar a aparecer en el cerebro hasta 20 años antes de que la persona note los primeros síntomas de Alzheimer. Su adecuada detección puede ayudarnos a enfocar mejor las investigaciones dirigidas a retrasar o prevenir su aparición.
Por otro lado, la otra característica neuropatológica clave del Alzheimer, que es la acumulación de proteína tau, puede ser detectada en personas vivas desde hace unos cinco años.
Otra herramienta de neuroimagen usada para el estudio de la fase preclínica del Alzheimer es la Resonancia Magnética Cerebral. A través de esta técnica podemos obtener una información muy diversa y útil, como el grado de atrofia de áreas cerebrales sensibles a la progresión del Alzheimer, la presencia de lesiones vasculares que pueden implicar un mayor riesgo de deterioro cognitivo, información microestructural, o datos de activación funcional o de flujo sanguíneo cerebral. También es posible, incluso, detectar la concentración de ciertas sustancias que tienen un papel fundamental en los procesos moleculares de neurodegeneración o neuroinflamación.
El Barcelonaβeta Brain Research Center de la Fundación Pasqual Maragall cuenta con un programa de investigación en neuroimagen, formado por un equipo de investigadores con amplia experiencia, y con un escáner propio de resonancia magnética de última generación. Los estudios que se llevan a cabo en este ámbito se dirigen al análisis de patrones de morfología cerebral (es decir, de la forma de distintas estructuras), así como de conexión cerebral y de activación de distintas áreas.
Gracias a la combinación de pruebas de neuroimagen y de otros tipos de marcadores, tendremos la posibilidad de detectar y definir con mayor precisión la fase preclínica de la enfermedad y determinar qué factores pueden ser decisivos para su evolución.
Este conocimiento permitirá definir tratamientos personalizados de prevención del Alzheimer, más exactos, efectivos y en respuesta a la patología de cada persona en cada momento de la evolución de la enfermedad.