Laura Rubió se doctoró con un trabajo sobre el papel que juegan los polifenoles del aceite de oliva en la salud cardiovascular y la manera como estos compuestos bioactivos son metabolizados y absorbidos hasta llegar a nuestro torrente sanguíneo. El trabajo se enmarcaba en una investigación más amplia en la que también se pudo ver el importante papel que tiene la microbiota intestinal en el aprovechamiento de estos compuestos. Todo ello le permite ahora dar un nuevo paso adelante.
Mucha gente se lo pregunta y buena parte de las respuestas hay que buscarlas en nuestro interior, en el intestino. La microbiota intestinal es el conjunto de organismos vivos que habitan en la parte baja de nuestro intestino y que que interactúan de forma muy activa con nuestro cuerpo, de manera que, dependiendo de nuestra microbiota nos podrá ayudar a mantenernos sanos o nos podrá hacer enfermar. La alimentación juega un papel clave en este escenario.
Queremos estudiar la relación que existe entre la microbiota intestinal y la presencia o ausencia de hipertensión arterial y al mismo tiempo relacionarlo con diferentes patrones alimentarios. La hipertensión arterial es uno de les principales factores de riesgo cardiovascular y hay un gran interés en conocer las causas y prevenirla.
Hasta el momento no se han realizado estudios con humanos para ver esta relación, hay estudios con animales que indican que cierto desequilibrio en la microbiota puede ser uno de los factores causantes de esta enfermedad.
Para poder alcanzar este objetivo hemos diseñado un estudio observacional en el que participarán 60 voluntarios, la mitad de los cuales son personas sanas; la otra mitad son personas con hipertensión. El estudio analiza muestras de los voluntarios, pero no les impone ninguna dieta. Busca relaciones entre hábitos alimentarios, microbiota e hipertensión arterial.
En unos meses tendremos los resultados del estudio y, si confirmamos ese desequilibrio que se ha observado en animales, en la microbiota intestinal, se podrán diseñar nuevas estrategias de tipo nutricional para prevenir o moderar la hipertensión. Esto es especialmente interesante para establecer nuevos tratamientos de tipo dietético en personas que son resistentes a los fármacos que se utilizan para tratar la hipertensión.