Profesionales del Hospital Regional Universitario de Málaga han extirpado con éxito un tumor en el área del lenguaje tras remodelar funciones cerebrales, lo que ha permitido que el paciente haya ganado en calidad de vida al desaparecer las crisis epilépticas que padecía sin perder la capacidad del habla. Esto ha sido posible gracias a la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar como resultado de la conducta y la experiencia, así como al trabajo multidisciplinar de distintos servicios del centro sanitario.
El caso, llevado a cabo por la Unidad de Neurociencias del hospital malagueño, se llevó a cabo en el segundo semestre de 2018 y, tras constatar las diferentes pruebas de validación que, una vez extirpado el tumor, el paciente ha eliminado las crisis de epilepsia, este puede llevar una vida normal. En rueda de prensa, el jefe de servicio de Neurología, Pedro Serrano, la coordinadora de servicio de Neurofisiología, Victoria Fernández, el jefe de la sección de adultos de Neurocirugía, Guillermo Ibáñez, y el neuropsicólogo Luis Muñoz han explicado cómo se ha procedido a actuar ante este complejo caso.
La historia clínica del paciente, en seguimiento por los servicios de Neurocirugía y Neurología, comenzó hace una década cuando, siendo un niño, fue intervenido de un tumor cerebral que le causaba epilepsia, aunque no se le pudo extraer en su totalidad dada su localización próxima al área del lenguaje, por lo que al cabo del tiempo volvió a presentar crisis epilépticas mientras, en paralelo, la masa tumoral comenzaba a crecer. La localización profunda cerebral y su proximidad a las áreas del lenguaje - el área de Wernicke¬- desaconsejaban la cirugía y el servicio de Neurocirugía pediátrica del Materno Infantil decidió que para poder reintervenir al paciente este debía ser operado despierto, por lo que era necesario esperar a que este fuera más mayor.
Tras constatar que el cerebro del paciente podía haber posibilitado que las áreas del lenguaje se hubieran desplazado al hemisferio cerebral contralateral una vez éste maduró, los profesionales decidieron intervenirle con la participación de otros servicios que garantizasen con su trabajo que se podría eliminar el tumor sin riesgo de afasia o pérdida del lenguaje por la íntima relación del tumor con esa área en el hemisferio izquierdo.
El jefe de servicio de Neurología del Hospital Regional de Málaga, Pedro Serrano, explica que para no afectar de forma permanente la capacidad para hablar del paciente "se planteó la posibilidad de emplear estimulación eléctrica directa sobre la corteza cerebral para acelerar los procesos innatos de plasticidad neuronal que ya se habían puesto en marcha de forma autónoma para conseguir que otra zona alejada asumiera esa competencia y dejar paso libre para poder eliminar el tumor y curar su epilepsia".
Previa a la intervención, se realizó una evaluación neuropsicológica del paciente valorando funciones superiores, incluido el lenguaje. Los profesionales realizaron una resonancia magnética funcional que mostró la localización del área sensitiva del lenguaje en el tejido tumoral y sus vecindades, "aunque se vio que, ya de manera autónoma, el paciente había empezado a desarrollar por plasticidad un área del lenguaje en la zona cerebral homóloga contralateral, es decir, al otro lado del cerebro", explica Serrano.
La coordinadora de servicio de Neurofisiología, Victoria Fernández, explica que, si bien la red neuronal implicada en el lenguaje ya estaba empezando a remodelarse, ésta se estaba produciendo de manera muy lenta. "Sin embargo, el crecimiento del tumor era mucho más rápido y, todo esto, a pesar de que tratándose de una persona joven, la neuroplasticidad es bastante más rápida que en un adulto", agrega.
De este modo, los neurocirujanos realizaron una craneotomía y colocaron una manta de electrodos sobre la zona de la lesión. A través de mapeo cortical, se localizó donde asentaba la función del lenguaje y se realizó un estímulo eléctrico cortical inhibitorio que anulara esa función. Simultáneamente, se realizó una rehabilitación intensiva del lenguaje, forzando literalmente a usar la zona desarrollada en el hemisferio derecho.
Mediante estimulación eléctrica cortical continua, los profesionales de neurofisiología trabajaron durante una semana inhibiendo el lenguaje en el hemisferio izquierdo, donde estaba el tumor que debía ser extirpado. Junto a la estimulación intensiva del lenguaje durante ese periodo se aceleró el proceso de neuroplasticidad, que ya estaba en curso. "Esto hizo que prácticamente desapareciese la red neuronal del lenguaje en el hemisferio izquierdo y que se potenciara la formación de dicha red en el hemisferio derecho", explica la neurofisióloga.
La estimulación del lenguaje corrió a cargo del neuropsicólogo Luis Muñoz, que puso en marcha un programa de rehabilitación que favoreciera la activación de las áreas contralaterales para que estas asumieran el lenguaje. La rehabilitación se realizó durante una semana, incluido el fin de semana, con una duración de tres horas diarias. "El programa es el habitual que se suele aplicar en la rehabilitación neuropsicológica del lenguaje en daño cerebral sobrevenido", agrega el experto, investigador de la Fundación Pública Andaluza para la Investigación de Málaga en Biomedicina y Salud (Fimabis). Al cabo de 7 días, el paciente era capaz de hablar y entender con el grado máximo de inhibición sobre el hemisferio izquierdo.
Una vez concluyó el entrenamiento, volvió a intervenir el equipo de Neurocirugía, con experiencia previa en cirugías con pacientes despiertos y en cirugía de la epilepsia. En este sentido, uno de los neurocirujanos que intervino en la operación, Guillermo Ibáñez, jefe de la sección de adultos, explica que esta segunda intervención -tras la previa, cuando se colocó la manta de electrodos subdurales- consistió en la cirugía resectiva del tumor. "Pudimos acometer la resección radical del mismo gracias a saber por los neurofisiólogos y neuropsicólogos que podíamos eliminar ese residuo de área funcional de Wernicke ¬¬que le quedaba sin problemas, al estar transferida ya el área del lenguaje al lado derecho de forma completa", apunta, al tiempo que explica que los neurocirujanos tenían un objetivo secundario: resecar el área dañada alrededor para controlar las crisis de epilepsia tras la cirugía.
Llevado a cabo por profesionales de la Unidad de Neurociencias del Hospital Regional Universitario de Málaga, se ha realizado en algunos casos previamente publicados en la literatura, si bien la diferencia es que esos fueron realizados en pacientes afectos de tumores agresivos que comprometían sus vidas, y en el que los profesionales no se planteaban la eliminación de la epilepsia. Estos, además, eran pacientes de mayor edad, lo que hacía que la capacidad plástica de su cerebro fuera menor.
Este caso es novedoso porque se ha conseguido en un entorno real, aplicando técnicas conocidas, pero con una indicación novedosa: realizar, de manera segura, una aceleración de un proceso natural de neuroplasticidad, que ha permitido resecar sin secuelas un tumor en un área cerebral relacionada con una red elocuente cerebral, en este caso, relacionado con el lenguaje.
¿Qué es la neuroplasticidad?
La neuroplasticidad o plasticidad neuronal es la capacidad intrínseca del cerebro de modificar sus estructuras y sus conexiones en función de estímulos externos. Se trata de una función exclusiva del cerebro ¬-no existe en ningún otro órgano- y de gran importancia biológica, pues subyace a procesos fisiológicos claves, como la formación de memoria o la adaptación al medio. La plasticidad neuronal permite hacer frente a determinados daños cerebrales, consiguiendo que partes del cerebro que antes tenían otras funciones asuman las afectadas por dicho daño. Esta propiedad es más evidente en el cerebro joven o en formación que en el de una persona de más edad.