La Tomografía por Emisión de Positrones, PET por sus siglas en inglés (Positron Emission Tomography) es una técnica diagnóstica que, a partir de la distribución de un radiofármaco, ofrece imágenes que proporcionan información sobre el funcionamiento de los órganos internos del cuerpo. Se trata de una técnica indolora y segura, que además no requiere hospitalización, pero su elevado coste hace que se utilice exclusivamente cuando ninguna otra prueba puede ofrecer la misma información.
El PET de amiloide se emplea para detectar la acumulación de esta proteína en el cerebro y es una de las pruebas que se utilizan para ayudar al diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer en algunos casos atípicos, pero en la mayoría de ocasiones no es necesaria. Además de su utilidad clínica, en estudios de investigación nos ha permitido saber que las placas de de beta-amiloide, una de las características neuropatológicas del Alzheimer, pueden estar presentes durante décadas en el cerebro de personas sanas, sin provocar ningún síntoma aparente.
La prueba PET, pues, permite medir la presencia y extensión en el cerebro de las principales características neuropatológicas del Alzheimer. Es decir, detecta las placas de beta-amiloide y los ovillos neurofibrilares de proteína tau hiperfosforilada, mediante el uso de diferentes trazadores. Antes de la existencia de la prueba PET, esto solo podía comprobarse con el estudio neuropatológico del cerebro de la persona enferma, tras su fallecimiento.
El desarrollo de la prueba PET ha hecho que, desde mediados de la década pasada, sea posible cuantificar las tasas y patrones cerebrales de acumulación de la proteína amiloide en realizaciones sucesivas de la prueba y en las mismas personas y conocer mejor así la evolución de la neuropatología del Alzheimer.
Esto ha permitido mostrar, junto a otras técnicas, que las alteraciones patológicas pueden aparecer en el cerebro hasta 20 años antes de que la persona manifieste los primeros síntomas de Alzheimer, por lo que su adecuada detección puede ayudar a enfocar mejor las investigaciones para retrasar o prevenir su aparición.
Por otro lado, la otra característica neuropatológica clave del Alzheimer, que es la acumulación de proteína tau, también se puede detectar en personas vivas desde hace unos cinco años mediante una prueba PET con otro trazador específico.
La prueba PET cerebral funciona con un trazador radioactivo que se administra previamente por vía intravenosa. Para tomar las imágenes, la máquina PET incorpora un TAC o una resonancia magnética. Este trazador es un fármaco que tiene una apariencia externa similar a la del suero fisiológico y la probabilidad de que produzca reacciones alérgicas es prácticamente nula. Tras la administración, se indica a la persona que descanse tranquilamente en un espacio habilitado para este propósito.
La prueba PET emplea radiación ionizante, al igual que un TAC u otras pruebas radiológicas rutinarias, por lo que, al igual que en éstos, no está recomendada en mujeres embarazadas.
Además del tiempo de exploración, la prueba PET requiere de un tiempo de captación, entre la administración del fármaco y la toma de las imágenes. En el caso de la PET de amiloide, este periodo es de 90 minutos, tras el que se realiza la adquisición en el escáner, durante aproximadamente 20 minutos más. El escáner PET es completamente silencioso, a diferencia de la resonancia magnética, por ejemplo, por lo que no es necesaria ninguna protección acústica. Una vez finalizada la prueba, se puede volver a realizar vida normal inmediatamente.
El Barcelonaβeta Brain Research Center, centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, está llevando a cabo diversos proyectos utilizando la técnica PET. Uno de ellos, es el proyecto AMYPAD (Imágenes de Amiloide para Prevenir la Enfermedad de Alzheimer, AMYPAD por sus siglas en inglés), una colaboración europea que consta de dos estudios:
En el proyecto AMYPAD participarán 3.100 personas de toda Europa y se harán 6.000 pruebas PET de amiloide. El Barcelonaβeta Brain Research Center participa en el diseño del proyecto, en los diferentes grupos de trabajo y en el reclutamiento de participantes.
Otro de los estudios que lleva a cabo el Barcelonaβeta Brain Research Center es el Estudio Alfa+, un estudio de cohorte, prospectivo y observacional para identificar precozmente los biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer en 500 personas cognitivamente sanas, y en su mayoría descendientes de personas diagnosticadas de la misma enfermedad. En este estudio los participantes son invitados a realizarse un PET de amiloide con el radiotrazador 18F-Flutemetamol y un PET de tau a partir del próximo año, para analizar la cantidad y localización de la proteína amiloide, y medir el consumo metabólico cerebral, respectivamente.