Un estudio dirigido por el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, muestra la eficacia de la rifaximina para modificar las alteraciones neurológicas e inflamatorias en pacientes con encefalopatía hepática mínima (EHM). La investigación ha sido el objeto de la tesis de María Pilar Ballester -licenciada en Medicina y Cirugía en la Universidad de València (UV); especialista en Aparato Digestivo en el Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Clínico de València; y contratada Río Hortega por INCLIVA-Hospital Clínico de València- que lleva por título ‘Caracterización del deterioro neurológico y la respuesta al tratamiento con rifaximina en pacientes con encefalopatía hepática mínima’.

La tesis ha sido dirigida por la Dra. Carmina Montoliu -coordinadora del Grupo de Investigación de Deterioro Neurológico de INCLIVA y profesora titular de la Facultad de Medicina de la UV-; el Dr. Miguel Ángel Serra -Catedrático de la Facultad de Medicina de la UV y exjefe de la Unidad de Hepatología del Hospital Clínico- y la Dra. Amparo Escudero -facultativo especialista en el Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Clínico y contratada doctora en la Facultad de Medicina de la UV-.

En la actualidad, un 40% de los pacientes con cirrosis presentan EHM, con deterioro cognitivo leve y alteraciones motoras que reducen su calidad de vida y su supervivencia. La EHM progresa a EH clínica, pudiendo conducir al coma y la muerte. Unos dos millones de personas padecen EHM en la UE, lo que es un problema social, clínico y económico importante. La detección temprana y el tratamiento y prevención del deterioro cognitivo y funcional mejoraría la calidad de vida, la supervivencia y la vitalidad de los pacientes con enfermedades hepáticas crónicas y reduciría las hospitalizaciones y la demanda de recursos al sistema de salud, mejorando su sostenibilidad.

A día de hoy, no se dispone de un método que permita diagnosticar la presencia de EHM de forma rutinaria, sencilla y precisa en la práctica clínica. Determinar los factores de riesgo de EHM, caracterizar correctamente las alteraciones cognitivas y funcionales y su relación con los parámetros inflamatorios es clave para ahondar en el conocimiento de la enfermedad y contribuir al diagnóstico precoz. El tratamiento temprano con rifaximina había demostrado mejorar las alteraciones neurológicas y la calidad de vida, con una buena tasa de adherencia y de efectos secundarios. Sin embargo, hasta el momento, se desconocía el mecanismo de acción de este fármaco y el subgrupo de pacientes que podría beneficiarse de su administración.

La tesis de María Pilar Ballester tenía como objetivos detectar los cambios que se producen en el sistema inmune y a nivel cerebral en los pacientes en los estadios más tempranos de deterioro cognitivo y funcional leves; identificar señales cerebrales o marcadores en sangre que proporcionen información de lo que ocurre en el cerebro; y establecer si la rifaximina es capaz de modificar las alteraciones neurológicas e inflamatorias en pacientes con EHM cuando se les administra, lo que permitirá diseñar, ensayar e individualizar nuevos tratamientos más eficaces.

El fin último era realizar una investigación de calidad sobre el proceso del deterioro cognitivo asociado al desarrollo de patologías como la enfermedad hepática crónica o la diabetes, contribuyendo a mejorar la asistencia médica que nuestro sistema de salud ofrece al paciente.

La investigación –que se ha desarrollado a lo largo de cinco años, de 2015 a 2020- se basó en un estudio prospectivo de una cohorte de pacientes con cirrosis controlado en los Hospitales Clínico y Arnau de Vilanova de València. Se excluyeron pacientes con enfermedad neurológica o psiquiátrica, episodios de encefalopatía hepática previos, consumo de alcohol o drogas, infección o hemorragia digestiva recientes, tratamiento antiviral activo, TIPS o hepatocarcinoma. Los pacientes con EHM recibieron rifaximina y se evaluó la respuesta con el test de referencia PHES (Psychometric Hepatic Encephalopathy Score) a los 3-6-12 meses. Se repitieron los test psicométricos y los análisis de sangre y se compararon en función de la respuesta al tratamiento.

La investigación mostró que una gran proporción de pacientes con cirrosis presentaba alteraciones neurológicas detectadas con test psicométricos específicos e infradiagnosticadas por el PHES, asociadas a un estado de inflamación sistémica que podría ser revertido con la rifaximina.

El objetivo en la actualidad es continuar investigando para mejorar el tratamiento del deterioro cognitivo y funcional en pacientes cirróticos con EHM y clínica, así como el diagnóstico temprano de la EHM, lo que permitirá atender a pacientes que ahora no son tratados.

La investigación ha contado con una financiación del Instituto de Salud Carlos III (FISPI18/00150 ISCIII) co-funded by Ministerio de Sanidad y Consumo y de la Fundación Ramón Areces.

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