Un estudio oncológico desarrollado por un equipo de investigadores de la Consejería de Sanidad recibirá una beca de 120.000 euros de la Asociación Contra el Cáncer Región de Murcia (AECC) para determinar los posibles efectos del bisfenol A (BPA) en el origen de ciertos tipos de cáncer. El programa permitirá el avance en el estudio de las relaciones entre factores de riesgo ambiental y esta enfermedad.

La consejera de Sanidad, Encarna Guillén, suscribió hoy con el presidente de la Asociación Española contra el Cáncer en Murcia, Agustín Navarrete, el convenio por el que se sufraga este proyecto, que se desarrollará durante tres años con 2.000 murcianos, de los 8.517 que participan desde 1992 en el estudio prospectivo europeo sobre nutrición y cáncer (EPIC), del que forman parte 500.000 europeos, de los que 40.000 son españoles.

Guillén destacó que se trata de un proyecto pionero en España, ya que hasta ahora no existen estudios que verifiquen la incidencia del BPA en las personas, aunque sí se han realizado investigaciones basadas en muestras pequeñas y en animales. Estos análisis sí han encontrado efectos adversos tras la exposición a bajas dosis de este contaminante, aunque la existencia o no de efectos cancerígenos en humanos es todavía muy controvertida.

La consejera felicitó al equipo investigador que ha obtenido la beca por su trabajo ‘Efectos de la exposición a bisfenol-A sobre el cáncer en la cohorte de Murcia, del EPIC’, por la relevancia del estudio. El grupo está dirigido por la doctora María Dolores Chirlaque, coordinadora del registro de cáncer de Murcia, perteneciente al Servicio de epidemiología de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería.

La finalidad del trabajo es determinar la influencia del BPA en el origen de algunos tipos de cáncer para, si fuera el caso, fomentar medidas de disminución de este compuesto y sus derivados, presentes en muchos objetos cotidianos. Los resultados serán de utilidad para las personas sin cáncer, los individuos ya diagnosticados de un tumor maligno y las autoridades sanitarias, así como los organismos que colaboran en la lucha contra esta enfermedad.

Este proyecto, destinado a buscar la relación entre el bisfenol-A (BPA) como xenoestrógeno y los cánceres relacionados con la reproducción (testicular, de próstata, de mama, de útero, de ovario) ha obtenido la mejor puntuación de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), encargada de evaluar los proyectos presentados. En su resolución, la ANEP destaca la calidad del equipo de investigación, velocidad en los resultados y el carácter innovador y de interés general de la investigación.

El estudio aprovechará la información de una investigación de larga trayectoria: la cohorte del EPIC en Murcia seguida durante 20 años a 8.515 voluntarios, con parámetros de calidad internacionales. Este estudio puede tener consecuencias relevantes para explicar la evolución del cáncer y su posibilidad de prevención mediante medidas claras y aplicables, ya que cubrirá y aportará evidencias al conocimiento en relación con el BPA, como el nivel de exposición de la población, las fuentes de contaminación o la determinación de relaciones dosis-respuesta en relación con el cáncer.

Cabe destacar que productos químicos como el BPA no están actualmente clasificados como cancerígenos, por lo que es importante que se realicen estudios prospectivos a nivel poblacional, siguiendo recomendaciones de la OMS. En función de los resultados, el estudio podría contribuir para que la reglamentación de la producción y uso de sustancias químicas identificadas como carcinogénicas se sometan a un control más estricto. El proyecto servirá, sobre todo, para prácticas de prevención de la exposición en la población.

Presente en los plásticos

El bisfenol A (BPA) es sospechoso de ser dañino para los humanos desde la década de 1930. Un informe elaborado en 2010 por la Administración de alimentos y fármacos de Estados Unidos (FDA) despertó una mayor conciencia con respecto a la exposición de fetos, bebés y niños pequeños. Sin embargo, la European food safety authority (EFSA) en su última reevaluación de la toxicidad del bisfenol A concluye que no hay suficientes evidencias sobre los efectos en la salud dado su bajo consumo. El bisfenol A se emplea principalmente en la fabricación de plásticos. Es un monómero clave en la producción de resina epoxi y en la forma más común de policarbonato de plástico.

El policarbonato de plástico se usa para fabricar una gran variedad de productos comunes, incluyendo botellas de agua, dispositivos médicos y dentales, envases de alimentos como tetrabrik, latas y envolturas de plástico, entre otros.

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