En ocasiones ocurre que realizamos una analítica por cualquier motivo (por ejemplo: seguimiento del estado de salud en el entorno laboral, seguimiento de una enfermedad crónica, etc.) y encontramos por azar datos alterados de unos parámetros que no esperábamos, como los basófilos. Estos pueden ser una alteración puntual sin importancia o la prueba de que existe una enfermedad silente.
En un hemograma completo se miden los distintos tipos de células de la sangre:
Desde el punto de vista del sistema inmune es importante que los distintos tipos de leucocitos estén en la proporción correcta ya que tienen unas funciones diferentes y complementarias. Por ejemplo, los neutrófilos constituyenaproximadamente el 65%de los leucocitos y se encargan de engullir y destruir microorganismos. Los linfocitos representan alrededor del 30% y son elementos clave en la inmunidad adaptativa. Y por último, los eosinófilos (alrededor de un 2.3%) y basófilos (alrededor de un 0.4%) tienen en suinterior gránulos de histamina, citoquinas y leucotrienos, que se liberan al entrar en contacto con parásitos o alérgenos.
Como comentábamos al inicio, las alteraciones en el número de basófilos suelen descubrirse por casualidad ante una analítica realizada por otros motivos. Niveles bajos de basófilos son poco indicativos ya que sus cifras normales están entre 0 y 300 basófilos por microlitro de sangre, siendo los leucocitos minoritarios. Cuando en analíticas repetidas persisten los niveles bajos (basopenia) puede pensarse en diversos motivos: desde estrés hasta ovulación, embarazo o hipertiroidismo. Por el contrario, cuando se repiten niveles altos de basófilos (basofilia) puede pensarse en hipotiroidismo, infecciones, colitis ulcerosa, policitemia vera, mielofibrosis, e incluso la toma de algunos medicamentos, entre otros motivos.
Dado que estas alteraciones pueden relacionarse con distintas situaciones de salud, es necesario valorar los resultados analíticos dentro del contexto global de la persona, teniendo en cuenta toda la información de salud necesaria y solicitando la ayuda de un doctor.
Si aparecen síntomas, van a depender de la situación o enfermedad que causa esa alteración del número de basófilos y por consiguiente, en caso de ser necesario, el tratamiento se adaptará a esa situación o enfermedad.
Es importante tener en cuenta que la formación y destrucción de los leucocitos en general es continua y su concentración en la sangre depende del equilibrio entre formación y destrucción. Hay variaciones normales a lo largo de la vida en cuanto al número y porcentaje de leucocitos que no significan que haya una patología.