Un equipo liderado por Thaís Armangué, jefa de la Unidad de Neuroinmunología del Hospital Sant Joan de Déu, e investigadora del grupo de investigación en Patogénesis de las enfermedades neuronales autoinmunes del IDIBAPS dirigido por el Dr. Josep Dalmau, ha realizado un estudio en el que describe nuevos biomarcadores que ayudan a predecir y monitorizar la aparición de la encefalitis autoinmunitaria después de la infección.

El estudio, publicado en la revista Brain y que ha seguido a casi 200 pacientes con encefalitis por herpes simple, identifica tres factores predictores sólo presentes en aquellos pacientes que desarrollan la complicación autoinmunitaria.

En primer lugar, el equipo del Clínic-IDIBAPS identifica que la mayoría de las personas que desarrollan esta complicación autoinmune presentan tres síndromes característicos distintos según la edad: movimientos involuntarios, del tipo corea y crisis epilépticas en niños menores de 4 años; alteraciones psiquiátricas aisladas, en niños mayores de 4 años y adultos; o una combinación de estos síndromes, en pacientes adolescentes y adultos jóvenes. Los investigadores recomiendan estar alerta en pacientes que han presentado una encefalitis herpética, por si aparecen estos síndromes, poder diagnosticar la complicación autoinmune de forma precoz.

En segundo lugar, los investigadores desvelan por primera vez que existe un factor genético que predispone a presentar esta complicación, como ya se ha encontrado en otras enfermedades autoinmunes. Los análisis desvelan que personas con ciertas variantes de una proteína de membrana conocida por su implicación en la respuesta inmunológica y la respuesta antiviral (el llamado antígeno humano leucocitario, HLA) tienen mayor riesgo para desarrollar encefalitis autoinmune postherpética, asegura Armangué.

Por último, el trabajo destapa un nuevo biomarcador en sangre como el factor predictor más potente de la encefalitis autoinmunitaria, potencialmente útil tanto para el diagnóstico como para el seguimiento de las complicaciones neurológicas. Se trata de un biomarcador que muestra la activación de la vía del interferón tipo 1 en sangre, que se activa durante las infecciones virales. En este caso, pasadas tres semanas de la encefalitis, si este marcador persiste levemente elevado sería predictivo de la complicación autoinmune, mientras que si se encuentra muy elevado es sugestivo de una complicación directamente producida por el virus.

Thaís Armangué declara: “Estos biomarcadores y factores predictivos pueden ayudarnos a diferenciar y tratar específicamente las complicaciones producidas por el virus como la encefalitis autoinmune, y en un futuro podrían ayudar a indicarnos el mejor momento para iniciar tratamientos, seguramente con inmunoterapia, para prevenirlas”.

Imagen: La encefalitis por herpes simple (figuras puntiagudas) a menudo desencadena una respuesta inmunitaria asociada con anticuerpos (estructuras Y de madera). Los síndromes clínicos asociados, los factores de riesgo genéticos y el interferón en sangre como biomarcador se han caracterizado en una gran cohorte de pacientes. Concepto, composición y fotografía de J Planagumà.

Referencia del estudio: Thaís Armangué, Gemma Olivé-Cirera et al. Neurologic complications in herpes simplex encephalitis: clinical, immunological and genetic studies. Brain, Volume 146, Issue 10, October 2023, Pages 4306–4319.

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