Hace 30 años era casi excepcional ver la firma de un investigador español en una revista científica internacional. Hoy, en cambio, no es extraño encontrar figuras patrias incluso en publicaciones como 'Nature', 'Science' o 'The New England Journal of Medicine'. Elías Sanz Casado, director del Instituto Interuniversitario Investigación Avanzada sobre Evaluación de la Ciencia y la Universidad (INAECU) y catedrático del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid, ha analizado la evolución de la producción científica española en ese tiempo, poniendo cifras exactas al "espectacular cambio vivido en tres décadas".

Según sus datos, entre 1980 y 2013, el incremento del número de artículos científicos con 'sello español' en fuentes internacionales fue nada menos que del 1.584%. En el mismo periodo, explica, el aumento de la producción científica en el resto del mundo fue del 133%.

"España partía de valores muy bajos comparados con los que presentaban países como EEUU, Alemania, etc., esto, en parte, justifica el gran incremento que se ha producido", señala el científico, quien subraya que la aportación de España al mundo de la ciencia "ha pasado del 0,53% al 3,32%" en muy pocos años.

Para este especialista, en este cambio han sido clave "la coordinación de las políticas de investigación" y "la inversión constante a investigación" que se produjo hasta hace pocos años.

Esa apuesta, que comenzó con la primera Ley de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica, de 1986, hizo posible empezar a dejar atrás algunos de los "males tradicionales" de la ciencia en España, recalca.

Hasta entonces, la dotación de recursos para investigación había sido insuficiente, así como escaso el número de investigadores y muy pequeña la contribución española al progreso científico y tecnológico, señala Sanz, que recientemente participó en la IX Jornada Medes sobre la calidad de la publicación biomédica, patrocinada por la Fundación Lilly y celebrada en los Cursos de Verano de El Escorial de la Universidad Complutense de Madrid.

"La ley de la Ciencia del 86 sirvió para poner orden en un sistema desestructurado, sin partidas asignadas a investigación y con falta de programas concretos que focalizaran las actividades científicas en líneas prioritarias para el país", subraya Sanz, quien teme que los recortes recientes se traduzcan pronto en un nuevo paso atrás para la ciencia. "La bajada de la financiación de 2010 a 2012 ha sido del 8,2% y en el mismo periodo la bajada en el número de investigadores ha sido del 5,8%", indica en declaraciones a EL MUNDO.

"En el periodo que hemos estudiado no sólo hemos visto un aumento en la cantidad de las publicaciones, sino también en la calidad", ya que ha aumentado de manera importante la contribución española al 1% de las publicaciones más citadas a nivel mundial, señala Sanz. "Todavía no tenemos datos del impacto de los recortes en la publicación, veremos los datos en el futuro", concluye.

Reportaje de CRISTINA G. LUCIO en El Mundo 16/07/2014

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