El cuerpo humano es el hogar de unos cien billones de microorganismos, entre los que se cuentan bacterias, hongos, virus y otros microbios. Todos ellos se hospedan en tejidos que están en contacto con el ambiente externo, como las mucosas, la piel o el tracto digestivo, y forman la microbiota. El estudio de la microbiota y sus genes es lo que se conoce como el microbioma y, solo recientemente, hemos empezado a dilucidar su papel en el desarrollo de distintos tipos de cáncer. Entender mejor el microbioma es ahora una necesidad en la investigación oncológica.

Con motivo del Día Mundial del Microbioma, entrevistamos a Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y líder de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer - ”la Caixa” del VHIO. El investigador nos explica la relación entre el microbioma y el cáncer colorrectal y nos habla del proyecto OPTIMISTICC (Opportunity To Investigate the Microbiome’s Impact on Science and Treatment In Colorectal Cancer). OPTIMISTICC es uno de los proyectos ganadores del Grand Challenge del Cancer Research UK, un programa de financiación competitiva de ámbito internacional para dar respuesta a las grandes preguntas en la investigación del cáncer.

¿Por qué es tan importante el microbioma?

Si tenemos en cuenta el número de genes en nuestro organismo, solo el 0,01 % son genes humanos. El resto son genes de microorganismos que viven en nuestro interior. Esto nos da una idea de la dimensión que todo este componente extrahumano puede tener en múltiples procesos que se dan continuamente en el cuerpo humano.

¿Cómo afecta a nuestra salud?

El microbioma debe entenderse como un gran reactor dentro del organismo que produce continuamente metabolitos y proteínas que nos ayudan en muchas funciones como, por ejemplo, a promover el sistema inmunitario.

¿Existe un vínculo entre el cáncer y el microbioma?

La relación entre el microbioma y el cáncer es muy importante y cada vez se conoce mejor. El microbioma ha estado siempre dentro de nosotros, pero no le habíamos dado demasiada importancia, excepto cuando teníamos diarreas, disbacteriosis u otras enfermedades del tracto digestivo. Sin embargo, hoy en día sabemos que, en el cáncer colorrectal, desde un momento muy inicial, parte del genoma de algunas bacterias, se integra en las células de la mucosa del colon y ayuda a que el tumor se desarrolle y progrese.

Este hallazgo es de su equipo.

De hecho, lo descubrimos un poco por casualidad en el año 2012 junto con un grupo de investigación de Boston. Encontramos fragmentos de una bacteria del género Fusobacterium en el genoma del tumor. Al principio pensábamos que era un error, un artefacto, pero luego vimos con varias muestras que no era así. Desde entonces, hemos podido comprobar que el genoma de las bacterias no solamente puede estar en las células del tumor primario, sino que también en las de metástasis.

¿Qué aplicaciones puede tener este descubrimiento?

En estudios de laboratorio con ratones hemos visto que, si aplicamos un tratamiento con antibióticos, potenciamos el efecto de algunas terapias contra el cáncer de colon.

Este es el núcleo del proyecto OPTIMISTICC, del que forma parte como uno de los investigadores principales.

Con este proyecto, que llevamos a cabo en colaboración con varias entidades europeas y americanas, queremos entender mejor el papel del microbioma en todos los aspectos del cáncer colorrectal. No solamente en el tratamiento cuando ya tenemos la enfermedad o cuando se ha desarrollado la metástasis, sino en cómo podríamos ayudar también a prevenirlo.

¿De qué depende que mi microbioma se desarrolle correctamente?

De múltiples factores. Ahora se está empezando a estudiar qué impacto tiene la lactancia materna en el desarrollo del microbioma durante la infancia. Y lo que ya se ha descubierto es que la prolongación de la lactancia durante más de 6 meses –probablemente hasta un año– ayuda a mantener el microbioma adecuado en las fases iniciales del desarrollo del niño. Además, esta prolongación no requiere una lactancia completa, sino que con tomas individuales diarias sería suficiente.

¿La lactancia materna puede condicionar la aparición de cáncer?

Sí. De hecho, algunos expertos sugieren que podríamos reducir un 10 % los tumores que son teóricamente prevenibles prolongando la lactancia materna. Al parecer, el momento inicial del desarrollo de los niños es clave para que el microbioma se empiece a transformar desde un microbioma adecuado, el que todos deberíamos tener, en un microbioma perjudicial, que fomente la aparición de tumores.

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