Cantidad y calidad. Estos son los parámetros que se analizan en el estudio Fertinuts, un trabajo de investigación que ya ha empezado y que se llevará a cabo durante los dos años próximos en el Hospital Universitario San Juan de Reus y en la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili-Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili -que coordina el proyecto con la doctora Mònica Bulló como investigadora principal-, y en la Universitat Autònoma de Barcelona. En total se necesitan 100 voluntarios de entre 18 y 35 años a los que se analiza el esperma al inicio del estudio y al final, cuando hayan pasado tres meses consumiendo 60 gramos diarios de una mezcla de almendras, avellanas y nueces. Una parte de los voluntarios consumirán frutos secos y la otra no lo hará, para poder comprobar los efectos con un grupo control. El consumo de frutos secos y el seguimiento será de 14 semanas, que coincide con dos ciclos espermáticos (cada ciclo es de 42 días).

Los parámetros que se evalúan durante el estudio incorporan la vitalidad, la morfología, la concentración y la cantidad de espermatozoos, la fragmentación del ADN espermático y el perfil de expresión de microRNAs en los espermatozoos, así como su estabilidad cromosómica, entre otros aspectos. Así pues, se estudiarán parámetros que irán más allá de la cantidad, como por ejemplo la movilidad, la concentración y posibles anomalías, y parámetros moleculares vinculados con procesos de inflamación y oxidación, que están relacionados, también, con la fertilidad.

Los voluntarios harán el seguimiento en la Facultad de Medicina de la URV, en Reus, o en la UAB, -dependiendo de donde hayan sido reclutados- mientras que los equipos de expertos se desplazarán a un lugar o al otro. Los investigadores de la UAB tienen experiencia en calidad espermática mientras que los de la Unidad de Nutrición Humana, en ensayos clínicos y en mecanismos moleculares como la inflamación y la oxidación. En este tipo de trabajo ya hay algunas evidencias relacionadas con parámetros moleculares y se han hecho estudios con determinados frutos secos, como nueces o pistachos, pero todavía no se ha hecho una comprobación y un seguimiento del consumo diario de una mezcla de frutos secos sobre la fertilidad.

En estos momentos ha empezado el trabajo de campo con los primeros voluntarios que han hecho la primera visita al Hospital Universitario San Juan de Reus y han empezado a ingerir los frutos secos: nueces, almendras y avellanas, 60 gramos al día en total. Los voluntarios son personas que no consumen habitualmente frutos secos.

El estudio está financiado por una convocatoria del INC (International Nut and Driet Fruit Council), una convocatoria internacional que busca proyectos para analizar el efecto de los frutos secos sobre cualquier aspecto de la salud. El presupuesto del proyecto es de cerca de 200.000 euros, la mitad de los cuales están financiados por el INC y el resto los tienen que cofinanciar los grupos de investigación implicados. El proyecto tiene una duración de dos años, un año para el trabajo de campo y otro para analizar los resultados y para hacer los análisis biomoleculares. En este tiempo buscan demostrar que un grupo de alimentos, como los frutos secos, pueden influir en la calidad y la función de los espermatozoos e incrementar la fertilidad masculina.

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