¿Qué efectos tiene el consumo de frutos secos en nuestro cerebro? Varios estudios sugieren que se relacionan con el mantenimiento de la salud cognitiva. Recientemente, se ha publicado una revisión bibliográfica que presenta información actualizada sobre la asociación entre el consumo de frutos secos y la salud cognitiva en las diferentes etapas de la vida.
En la revisión, en la que ha participado el Dr. Aleix Sala-Vila, investigador del BarcelonaBeta Brain Research Center de la Fundación Pasqual Maragall, se tuvieron en cuenta 15 estudios observacionales. En ellos participaron hombres y mujeres, de 50 años o más, de diferentes países, con cohortes prospectivas de entre 3 y 20 años de seguimiento.
Estos estudios preguntaron sobre los hábitos de consumo de los participantes y compararon consumo nulo o bajo con consumos más altos. Trece estudios mostraron que aquellos participantes que afirmaban consumir más frutos secos tenían mejor rendimiento cognitivo. Cuando se investigaron los distintos frutos secos por separado, las evidencias más claras fueron para las nueces, que son ricas en ácido alfa-linolénico (ALA), un tipo de ácido graso poliinsaturado omega 3 de origen vegetal.
Frutos secos y salud cognitiva
Los frutos secos son alimentos ricos en nutrientes que contienen componentes potencialmente neuroprotectores. Es el caso de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, la fibra, las vitaminas del grupo B, algunos minerales y bioactivos como los polifenoles.
El consumo frecuente de frutos secos se relaciona con menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Dados los factores de riesgo compartidos entre las enfermedades cardíacas y los trastornos neurodegenerativos, en la revisión citada se plantea la hipótesis de que los frutos secos son beneficiosos para la salud cerebral. Esta recomendación también podría aplicarse a la prevención del deterioro cognitivo y la demencia.
Las directrices de la OMS afirman que las grasas insaturadas, como las que se encuentran en los frutos secos, son preferibles a las saturadas para la salud cerebral y que el consumo de frutos secos se ha asociado a un menor riesgo de deterioro cognitivo.
La salud cognitiva hace referencia a la capacidad del cerebro para realizar las funciones mentales complejas. Por ejemplo, razonar, memorizar, resolver problemas, etc. Se puede ver afectada por varios factores modificables como la actividad física y la alimentación. El deterioro de la misma tiene graves implicaciones en la calidad de vida de las personas.
Conclusiones del efecto del consumo de frutos secos en el cerebro
Los resultados disponibles parecen sugerir que los frutos secos pueden tener efectos en el cerebro y ayudar en el mantenimiento de la salud cognitiva. Asimismo, podrían ayudar en la prevención del deterioro cognitivo a lo largo de la vida, especialmente en adultos mayores y en quienes que tienen mayor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.
Sin embargo, se trata de resultados limitados y todavía preliminares. Se necesitan más estudios para dilucidar mejor el impacto de los frutos secos en el mantenimiento de la salud cerebral, así como en la prevención y gestión del deterioro cognitivo y la demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. A la espera de obtener más resultados sobre cómo pueden proteger el cerebro, existe certeza que el consumo de al menos tres puñados de frutos secos por semana puede reportar beneficio a nivel cardiovascular sin que exista ganancia de peso.
Además, el consumo de frutos secos está incluido en las recomendaciones de la dieta mediterránea, cuyos efectos beneficiosos en la salud cerebral están en constante investigación.
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