Cómo se pueden evaluar las políticas públicas les polítiques de innovación y el impacto que tiene la investigación pública en el progreso tecnológico?

La globalización empuja cada vez más a aumentar la innovación, la creación de productos de mayor calidad y que requieren menos energía. Este es el principal ventaja competitiva de Europa y Estados Unidos, que producen bienes y servicios con un alto contenido de innovación.

Debido a este hecho, hay mucho esfuerzo privado y políticas públicas de ayuda a la I + D + i, como las ayudas a universidades, las becas Erasmus, la reducción de tasas e impuestos a las empresas que hacen innovación, o la colaboración tanto entre países como entre sectores.

Christian Fons-Rosen, profesor del Departamento de Economía y Empresa de la UPF y coordinador del Master in Data Science de la Barcelona GSE, es el investigador principal en la Universidad de un proyecto europeo que nace con el objetivo de hacer una evaluación rigurosa y técnica de estas políticas de innovación, visualizar que se ha conseguido con la colaboración público-privada en el ámbito de la I + D + i, y estudiar la velocidad de difusión de este nuevo conocimiento en el resto de la economía.

El proyecto, bajo el título "Framework for the Analysis of Research and Adoption Activities and their Macroeconomic Effects" (FRAME), ha recibido cerca de 1,5 millones de euros de financiación de la Comisión Europea (de los cuales, 110.255 corresponden a la UPF) en el marco del programa Retos Sociales (Societal Challenges) 6 de Horizonte 2020, dentro de la convocatoria "Better integration of evidence on the impact of research and innovation in policy making".

Christian Fons-Rosen, investigador Juan de la Cierva en la Universidad, explica que "el proyecto quiere combinar dos herramientas: un gran número de datos muy detallados se introducirán en unos modelos de investigación macroeconómicos. Uno puede pensar en estos modelos como en una simplificación de las dinámicas económicas que se observan en la realidad, es decir, en la creación de un mundo en miniatura que con datos que quiere intentar entender los mecanismos por los que se observa la difusión del conocimiento".

Y añade: "Hay dos componentes que queremos entender mejor: primero, ¿en qué grado han influido las políticas públicas en los esfuerzos innovadores tanto a en el ámbito público como privado ?; y segundo, ¿se ha traducido este esfuerzo innovador en un mejor desarrollo tecnológico?"

Según el profesor de la UPF, "principalmente, hay dos maneras de mejorar tu desarrollo tecnológico. Si estás en la frontera del conocimiento, mejorarás si sigues creando productos y procesos eficientes y de calidad. Si no estás en la frontera del conocimiento, principalmente progresarás si puedes adaptar las mejoras que se utilizan en otras partes del mundo a tus necesidades".

"Europa debe encontrar su lugar en este mundo globalizado. Nuestro proyecto quiere aportar luz a la hora de entender estos procesos, pero aún queda mucho trabajo por hacer", concluye.

Un proyecto que puede ayudar a establecer las políticas de innovación

FRAME desarrollará una nueva generación de modelos estocásticos de equilibrio general dinámico (DSGE, siglas en inglés), que permitirán mejorar el cálculo del impacto de las actividades de investigación e innovación públicas, el crecimiento de la productividad y el desempleo. Comenzará con la construcción de un modelo de referencia DSGE, que incorpora importantes novedades, como la distinción entre la inversión de las empresas en I + D y su inversión en adopción de tecnología.

Posteriormente, el modelo se extenderá para conocer la realidad de sectores y países diversos, mercados de trabajo con fricciones de investigación y sempleo, que permitirán investigar los efectos de diferentes intervenciones en política a corto, medio y largo plazo, a la vez que proporcionará a los legisladores un marco más realista para estudiar el impacto de las políticas de innovación a partir de una gama más amplia de variables.

FRAME se llevará a cabo durante los próximos cinco años, y además de la Universidad Pompeu Fabra, cuenta con la participación de cinco otras instituciones europeas: el Centre for Economic Policy Research de Londres (centro coordinador), la Universidad de Bocconi, la Lunds University , el ZEW alemán y la London Business School.