Mejorar el diseño de las vacunas contra el cáncer es uno de los grandes retos de la investigación contra esta compleja enfermedad. Un equipo internacional ha analizado en ratones y primates no humanos una forma de matar los tumores más difíciles de tratar que resisten las inmunoterapias actuales.

Un nuevo tipo de vacuna contra el cáncer es capaz de frustrar la respuesta defensiva de los tumores al ataque inmunitario inducido por esta, según un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature. Aunque son todavía resultados preliminares, los autores afirman que podrían allanar el camino para nuevas pruebas que determinen su aplicabilidad clínica.

La mayoría de las vacunas contra el cáncer se dirigen a las proteínas específicas de la superficie celular, es decir, a los antígenos que expresan las células tumorales, lo que ayuda al sistema inmunitario a reconocerlas y atacarlas.

La vacuna, cuya eficacia y seguridad ha sido probada en ratones y macacos, induce un ataque coordinado por parte de células T y células asesinas naturales.

Sin embargo, la naturaleza y la inmunogenicidad (la capacidad de estimular una respuesta inmunitaria) de estos antígenos es única para cada individuo, lo que limita el desarrollo de un medicamento universal. Además, los tumores suelen escapar al ataque inmunitario mutando y alterando la presentación de los antígenos, lo que reduce su reconocimiento.

En este trabajo liderado por un equipo del Instituto del Cáncer Dana-Farber de Boston (EE UU), la vacuna, cuya eficacia y seguridad ha sido probada en ratones y primates no humanos (macaco Rhesus), induce un ataque coordinado por parte de diversas poblaciones de células T y células asesinas naturales (NK).

“Nuestra vacuna sigue siendo eficaz contra tumores con mutaciones de resistencia comunes y provoca un ataque general coordinado e independiente de los antígenos del tumor”, explica a SINC Kai Wucherpfennig, autor principal del centro estadounidense.

Claves de esta nueva vacuna

Este medicamento se dirige a dos tipos de proteínas de superficie (MICA y MICB) cuya expresión aumenta en situaciones de estrés en varios cánceres humanos. Los linfocitos T y las células NK se activan normalmente al unirse a estas proteínas de estrés, pero las células tumorales pueden eludir este ataque cortando ambas y desprendiéndose de ellas.

Esta vacuna, no obstante, puede impedir este corte, aumentando así la cantidad de expresión de las proteínas de estrés y, en consecuencia, facilitando la estimulación de un ataque dual por parte de las células T y NK.

"Se necesita un ensayo clínico para determinar si esta estrategia funciona en pacientes con cáncer" Kai Wucherpfennig, autor principa.

Para los investigadores, estos resultados iniciales revelan que esta vacuna puede promover una inmunidad protectora contra los tumores, incluso los que presentan mutaciones evasivas. Eso sí, serán necesarios futuros estudios para evaluar este potencial en humanos.

“Se necesita un ensayo clínico para determinar si esta estrategia funciona en pacientes con cáncer”, subraya Wucherpfennig. “De hecho, se está planeando uno para el próximo año y la vacuna se utilizará inicialmente en personas con cáncer avanzado que presenten niveles elevados de MICA/B en el suero”, concluye.

Referencia:

A vaccine targeting resistant tumours by dual T cell plus NK cell attack. NatureDOI 10.1038/s41586-022-04772-4

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