A pesar del elevado nivel de educación de su población, España no está entre los primeros países europeos en el número de patentes solicitadas. Según la Oficina Europea de Patentes (EPO), en 2018 -los datos más recientes disponibles- España se situaba en el número 11 del ranking, con Alemania, Francia y Suiza liderando el número de solicitudes. Las causas pueden encontrarse en la atomización del tejido empresarial debido a la alta presencia de PYMES y en la industrialización tardía. Esta falta de innovación también es palpable en el último Ranking de Innovación de Bloomberg, en el que España ocupa el lugar 33, tres posiciones por debajo respecto del 2019. El ranking lo encabeza Alemania, rompiendo el liderazgo que Corea del Sur mantenía en los últimos seis años.

En el ámbito de la salud, aunque España cuenta con un sistema sanitario excelente en cuanto a organización y talento, la innovación tampoco ha llegado a los niveles esperados.

Con todo, en los últimos años está creciendo el número de investigadores que deciden transformar su trabajo en proyectos de negocio y fundar una spin-off o startup. Según el estudio de Mobile World Capital Barcelona Digital Startup Ecosytem Overview 2019, en 2018 se crearon 4.115 startups y spin-off en España, más de la mitad en Madrid y Barcelona. Además, España tuvo el crecimiento en inversiones más grande de Europa (90% YoY), superando el billón de € por primera vez en 2018.


Diferencia entre spin-off y startup

Apostar por la innovación y crear empresas a partir de proyectos de investigación permite migrar hacia un modelo productivo de alto valor añadido. La creación de la empresa puede seguir dos modelos diferentes. Así, una spin-off nace de una institución dedicada a la investigación y la institución participa como accionista en la nueva compañía. Un buen ejemplo de spin-off es Peptomyc, salida del Instituto de Oncología de Vall d’Hebron (VHIO) y liderada por la investigadora Laura Soucek. En la spin-off existe una licencia de tecnología.

En una startup, en cambio, aunque también hay licencia de tecnología, la institución no es accionista de la startup y el vínculo del emprendedor con ella es inexistente o muy bajo.

El proceso de transformar una proyecto de investigación en una empresa no es sencillo y requiere de una importante planificación y grandes dosis de trabajo. Habitualmente los emprendedores optan por apoyarse en las oficinas de transferencia tecnológica de sus universidades o en compañías especializadas en este ámbito, como es el caso de Genesis Biomed.

En Genesis Biomed utilizamos una metodología concreta que incluye 10 factores que creemos son determinantes para el éxito del proyecto. Cada uno de estos factores deben incluir un análisis detallado.

El primer paso consiste en el análisis del mercado del producto que queramos lanzar. Este análisis determinará si existe una necesidad médica no cubierta por lo que nuestro proyecto tiene potencial de éxito. También deberemos ver el tamaño potencial del mercado, cuáles son los principales stakeholders y nuestros futuros competidores. Un análisis detallado nos permitirá conocer nuestra posición competitiva. Para ello será necesario examinar los precios de productos similares, los modelos de negocio en el mercado, cómo se organiza el market share y realizar un análisis coste-efectivo. En esta fase es además fundamental escuchar la voz de nuestro futuro cliente – usuario, por lo que organizaremos encuestas y entrevistas con estos stakeholders.

Otro punto imprescindible en el desarrollo de nuestro futuro negocio es el Paquete de Pruebas de Concepto, que comprende los estudios realizados hasta el momento sobre nuestro proyecto, los resultados obtenidos y los estudios previstos para el futuro. Además, deberemos establecer a qué tipo de acuerdo vamos a llegar con la institución en donde hemos llevado a cabo nuestra investigación (universidad, centro de investigación…) y con qué colaboraciones externas contamos. En este punto, deberemos diseñar la R+D Gantt Chart, es decir, un listado de las tareas a llevar a cabo, los tiempos y los responsables de cada una.

La Propiedad Intelectual incluye la lista de patentes actuales y potenciales, la libertad para operar en el territorio donde vamos a comercializar el producto, el acuerdo de licencia con las instituciones y la estrategia de propiedad intelectual de la compañía. Este análisis es fundamental en cualquier iniciativa de negocio y debe realizarse en una etapa temprana del proyecto.

La Estrategia Regulatoria es otro pilar que debemos abordar. Debemos analizar el marco regulatorio actual y futuro del producto, las guidelines y directivas existentes, futuras tendencias en regulación… A partir de aquí, diseñaremos nuestra estrategia regulatoria y de validación a través de un roadmap regulatorio.

El Equipo interno es un factor determinante en cualquier startup o spinoff. Recomendamos plasmar en un documento los componentes del equipo actual, sus roles y posibles roles futuros. La presencia de un CEO a tiempo completo será un factor clave para aumentar las posibilidades de éxito del proyecto. También deberemos realizar un análisis de salarios y de las necesidades de recursos humanos, los acuerdos con partners y la Governance del proyecto.

Es probable que contemos también con un Equipo externo, que puede incluir el Scientific Advisory Board, el Consejo de Dirección, un Presidente y otros roles externos. Así pues, deberemos analizar los costes que conllevará este equipo externo.

El Plan Financiero es fundamental para garantizar la viabilidad futura del negocio. Así, deberá incluir la descripción del modelo de negocio, la cuantificación del líquido necesario, un análisis de riesgo y plan de mitigación, además de las principales milestones financieras, la estrategia de fundraising y un escenario de salida. La Estrategia de Fundraising es particularmente importante: debe incluir una selección de los inversores más adecuados, el roadshow, la planificación de la 1ª ronda de reuniones, etc.

El análisis continuado de estos factores y la toma de decisiones nos permitirán mitigar las desviaciones que vayamos encontrando por el camino y buscar soluciones para alcanzar nuestros objetivos. La meta del proyecto puede ser entendida de dos maneras, una de ellas sería la comercialización del producto, y otra sería la adquisición de la startup o spin-off por una empresa de mayor tamaño, en una fase anterior a la comercialización.

En definitiva, una genial idea o un gran proyecto de investigación no serán necesariamente sinónimo de compañía de éxito. Si queremos que la brillante investigación biomédica de nuestro país impacte positivamente en la sociedad debemos transformarla en empresas y productos que mejoren la vida de las personas. Contar con la estrategia adecuada para llegar al mercado será imprescindible para triunfar.

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