El Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra y la empresa navarra USCAL han iniciado el desarrollo de un prototipo de imagen celular que mida la efectividad de los fármacos. El proyecto, seleccionado por el Gobierno de Navarra en su convocatoria de ayudas a proyectos I+D y dotado con 430.000 euros, pretende sentar las bases para orientar el tratamiento más efectivo a cada paciente.
Esta colaboración consiste en el desarrollo de un prototipo de un sistema de alto rendimiento –high throughput- que permita hacer el seguimiento automático de cultivos celulares tridimensionales (cultivos que reproducen con más precisión la fisiología del tejido) en dispositivos microfluídicos. Según el Dr. Carlos Ortiz de Solórzano, director de la Plataforma de Imagen del CIMA y responsable del proyecto científico, “estos dispositivos permiten cultivar las células y realizar operaciones sobre ellas mediante flujos controlados. El objetivo es estudiar en paralelo la efectividad de múltiples fármacos a partir de biopsias obtenidas de pacientes, de modo que se puedan personalizar los tratamientos sabiendo a priori cuál es el tratamiento y/o combinación de tratamientos más efectivo”.
Ejemplo navarro de I+D
Este estudio está coordinado por la empresa navarra USCAL, S.L. Ingeniería Mecatrónica, dedicada al diseño mecánico y eléctrico, fabricación, montaje y puesta a punto de máquinas y líneas automáticas. Está posicionada como una de las diez mayores empresas españolas en fabricación de maquinaria y equipos automáticos. “USCAL, como empresa coordinadora, se servirá de su experiencia en la integración de nuevas tecnologías en procesos industriales para desarrollar un prototipo compacto, que incorpore los conceptos y desarrollos experimentales puestos a punto en el CIMA, con un formato orientado al mercado”, explica Désiré Gahigiro, director general de USCAL, S.L.
El CIMA y USCAL colaboran desde 2015 en el desarrollo de dispositivos biomédicos para el seguimiento celular basados en electro-óptica integrada. Este acuerdo conjuga el aporte de conocimientos y de servicios tecnológicos aplicados al desarrollo de técnicas de investigación con aplicación clínica.
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