¿Doctor cuándo puedo dejar de tomar este tratamiento si ya estoy bien?”. Esa es la pregunta que muchos pacientes que han padecido algún episodio psicótico hacen a sus médicos.

“De manera evidente el riesgo de recaída en los pacientes que decidían suspender la medicación antipsicótica (que venían tomando desde hacía más de 2 años) es muy alto (7 de cada 10) si lo comparábamos con aquellos pacientes que siguieron tomando regularmente su tratamiento”, responde la doctora Jacqueline Mayoral-van Son, autora del trabajo “Clinical Outcome After Antipsychotic Treatment Discontinuation in Functionally Recovered First-Episode Nonaffective Psychosis Individuals: A 3-Year Naturalistic Follow-Up Study”, publicado recientemente en la prestigiosa revista Journal of Clinical Psychiatry, y desarrollado por el grupo de investigación que dirige el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Cantabria (UC), Benedicto Crespo-Facorro, perteneciente al Instituto de Investigación Sanitaria (IDIVAL) y al Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), dependiente del Instituto de Salud Carlos III.

La investigación analizó, de manera pionera, el efecto profiláctico (preventivo) que el tratamiento antipsicótico tiene sobre la aparición de nuevas recaídas en personas que habían tenido un único episodio de psicosis y que se habían recuperado íntegramente de ese episodio.

“No esperábamos ver con tal claridad el efecto profiláctico y beneficioso del tratamiento en estos pacientes”, señala. “Una de las preguntas que estamos intentando contestar en la actualidad es cuánto tiempo de tratamiento sería suficiente para controlar ese riesgo de recaída o si deberíamos plantear tratamiento de una manera crónica”, comenta la doctora Mayoral.

El diseño de la investigación realizada en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) y los resultados de la misma no dejan lugar a la duda sobre la necesidad de recomendar a los pacientes con estas enfermedades seguir con el tratamiento de manera preventiva durante largos periodos de tiempo. “Creemos que nuestros resultados tienen un gran impacto en el día a día del tratamiento de estas enfermedades y estos resultados deben ser divulgados tanto entre profesionales de la salud como entre personas con la enfermedad, de manera que se conozcan los riesgos que se asumen al suspender el tratamiento” afirma Mayoral-van Son. “No debemos olvidar el impacto que estas recaídas tienen. Las personas que recayeron durante el tiempo de seguimiento presentaban una mayor gravedad de síntomas negativos y una menor capacidad para seguir desarrollando una vida normal al finalizar el estudio“.

El profesor Benedicto Crespo-Facorro plantea que este estudio abre nuevas líneas de investigación acerca de poder identificar ese porcentaje pequeño de personas que no necesitarían seguir con el tratamiento antipsicótico después de su primer episodio. “Actualmente no tenemos ninguna capacidad de predecir quiénes pertenecen a ese grupo pequeño de pacientes pueden estar sin medicación. Nuestra recomendación en el programa de tratamiento de psicosis de nuestro hospital (PAFIP) es mantener un régimen de tratamiento con las mínimas dosis efectivas, para así minimizar la aparición de efectos secundarios no deseados, para la mayoría de pacientes de manera crónica”, señala.

Un 2% de la población

Los trastornos psicóticos, en general, afectan a cerca de un 1 millón de personas en España, el 2% de la población. Se trata de enfermedades que cursan con brotes y que, si estos episodios se repiten de manera frecuente, suelen ocasionar un deterioro importante en la capacidad de la persona que los sufre para llevar una vida normal. Evitar las recaídas es un aspecto clínico crucial en el tratamiento de estas enfermedades.

El tratamiento de estas enfermedades se realiza con fármacos antipsicóticos. En la mayoría de los casos estos fármacos son muy eficaces en reducir los síntomas que aparecen durante las crisis, permitiendo a los pacientes llevar una vida normal. Y, aunque el tratamiento en fases agudas no se discute entre los médicos psiquiatras y otros profesionales de la salud mental, la tendencia y la petición de muchos de las personas con este tipo de enfermedades es abandonar el tratamiento al cabo de unos meses después de haberse recuperado de la primera crisis. El miedo a que la medicación produzca algún daño como consecuencia de efectos secundarios, el estigma asociado a la toma de este tipo de tratamientos y la falta de una conciencia del efecto preventivo que los antipsicóticos tienen están, muchas veces, debajo de esa decisión de abandonar el tratamiento.

Enlace a la publicación:

http://www.psychiatrist.com/jcp/article/Pages/2015/aheadofprint/14m09540.aspx

Imagen: Benedicto Crespo-Facorro, jefe de grupo del CIBERSAM y Jacqueline Mayoral-van Son primera firmante del artículo

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