El estudio, en el que se utilizaron datos de 65 millones de niños de 5 a 19 años de edad en 193 países, reveló que la estatura y el peso de los niños en edad escolar, que son indicadores de su salud y de la calidad de su dieta, varían enormemente en todo el mundo. Había una diferencia de 20 cm entre los jóvenes de 19 años en las naciones más altas y más bajas, lo que representaba una diferencia de crecimiento de ocho años para las niñas y de seis años para los niños.
El equipo internacional que respalda el estudio advierte que una nutrición infantil muy variable, especialmente la falta de alimentos de calidad, puede provocar un retraso en el crecimiento y un aumento de la obesidad infantil, lo que afecta a la salud y el bienestar del niño durante toda su vida.
El equipo de investigación explica que el análisis también reveló que, en muchas naciones, los niños de cinco años tenían una altura y un peso dentro del rango saludable, definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, después de esta edad, los niños de algunos países han experimentado un aumento demasiado pequeño de la estatura y han ganado demasiado peso, en comparación con el potencial de crecimiento saludable. Según el equipo, la razón más importante de ello es la falta de una nutrición y un entorno de vida adecuados y saludables en los años escolares, ya que tanto el aumento de la altura como del peso están estrechamente vinculados a la calidad de la dieta del niño.
Esto demuestra, según los investigadores, que existe un desequilibrio entre la inversión en la mejora de la nutrición de los niños en edad preescolar y la de los niños y adolescentes en edad escolar. Esta cuestión es especialmente importante durante la pandemia de COVID-19, cuando las escuelas están cerradas en todo el mundo y muchas familias pobres no pueden proporcionar una nutrición adecuada a sus hijos.
El estudio fue financiado por el Wellcome Trust, Programa de Salud Juvenil de AstraZeneca, Unión Europea.
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