La coexistencia de la enfermedad mental y las drogas psicoactivas u otros problemas de consumo de sustancias - también conocida como "comorbilidad" o "diagnóstico dual" - es un tema que ha estado en el punto de mira de la Agencia Europea para la Monitorización de drogas (EMCDDA) por más de una década. Esta agencia tiene como objetivo proveer de información objetiva y fiable en relación a las drogas y sus consecuencias.

Como la preocupación en torno a este tema no ha parado de crecer, la EMCDDA acaba de publicar el análisis más completo realizado hasta ahora a nivel europeo en relación a este tema. El trabajo lleva por título "La comorbilidad del uso de sustancias y los trastornos mentales en Europa" y ha sido realizado por Marta Torrens coordinadora del grupo de investigación en Adicciones del IMIM y jefe del Programa de Adicciones del INAD, Joan-Ignasi Mestre-Pintó, investigador del mismo grupo de investigación y Antonia Domingo-Salvany coordinadora del grupo de Epidemiología de las drogas de abuso también del IMIM.

La comorbilidad psiquiátrica es altamente prevalente entre las personas con problemas de consumo de sustancias; puede conducir a un mayor riesgo de hospitalización, al suicidio y al comportamiento criminal y es difícil de manejar y tratar. Esta revisión de la literatura ofrece, a políticos y profesionales que trabajan en el campo de las drogas, una descripción detallada del concepto y las herramientas disponibles para la evaluación y el diagnóstico.

"La detección y el tratamiento adecuado de los trastornos mentales comórbidos y los trastornos por uso de sustancias es uno de los principales retos a los que los responsables políticos, los profesionales y los médicos que trabajan en el campo de las drogas se enfrentará en los próximos años", dice el director del EMCDDA, Wolfgang Götz.

"Reconocer y responder a la realidad de este tipo de trastornos es un paso importante para brindar una mejor atención a las muchas personas que se ven afectadas por estos problemas interrelacionados", añade Götz.

El vínculo entre el consumo de sustancias y problemas de salud mental es complejo y la interacción entre los dos puede jugar a muchos niveles. En algunos casos, el trastorno psiquiátrico puede ser un factor de riesgo para el consumo de sustancias, mientras que en otros es el uso de la sustancia que desencadena el trastorno mental. La coexistencia de los dos plantea una serie de retos como la cronicidad, los malos resultados del tratamiento, el aumento de la morbilidad y, en algunos casos, más criminalidad.

Algunas de las combinaciones más comunes en cuanto al consumo de drogas y los trastornos mentales se presentan en la publicación, junto con las correspondientes recomendaciones clínicas y las medidas de respuesta implementadas en entornos de tratamiento en toda Europa. La forma más habitual de la comorbilidad es la combinación de un trastorno por uso de sustancias con la depresión; mientras que la ansiedad también es frecuente. El uso de determinadas sustancias también puede estar asociada con una condición específica de salud mental (por ejemplo, el consumo de cannabis con la psicosis, el uso de opioides con una serie de condiciones, tales como trastornos antisociales / límite de personalidad).

Existen datos sobre la prevalencia de comorbilidad psiquiátrica entre los consumidores de drogas en Europa, pero son limitadas y heterogéneas respecto a los métodos y poblaciones diana. "Sigue siendo importante estudiar la aparición de comorbilidad psiquiátrica en los usuarios de drogas", dice el informe, "tanto para determinar su magnitud como para ayudar a mejorar la cobertura de un tratamiento adecuado".

El uso de herramientas de detección y diagnóstico validadas

El informe expone la variedad de instrumentos disponibles en la actualidad para evaluar la comorbilidad psiquiátrica en los pacientes con trastornos por uso de sustancias y presenta una selección de herramientas que se utilizan para la detección y el diagnóstico. La elección del instrumento más adecuado (o conjunto de instrumentos) se basa en una serie de criterios como: el contexto; objetivos de la evaluación; tiempo disponible y la experiencia del personal. Las recomendaciones prácticas que se ofrecen incluyen el uso de instrumentos validados de detección y de diagnóstico.

El tratamiento de los trastornos comórbidos: retos

El tratamiento de las personas que sufren de trastornos comórbidos es un reto debido a su compleja naturaleza. Aunque la cuestión de proporcionar un tratamiento eficaz en esta área se considera importante para los profesionales de las drogas y de la salud mental, hay una falta de consenso en Europa en cuanto al tratamiento más adecuado y la estrategia farmacológica y psicosocial más apropiadas a adoptar.

El informe describe una serie de barreras para el tratamiento, incluyendo: la separación de los ámbitos de tratamiento de la salud mental y el uso de drogas en la mayoría de los países europeos; el uso insuficiente de experiencia combinada para el tratamiento de ambos trastornos a la vez; y la falta de un tratamiento adecuado, de reglamentos y de recursos financieros. Las recomendaciones prácticas incluyen la consideración y el tratamiento de los dos trastornos simultáneamente desde una perspectiva multiprofesional.

Los tipos de tratamiento y la forma como se organizan y se aplican en toda Europa difieren considerablemente. El informe presenta una visión general de las opciones de tratamiento existentes (y las lagunas actuales) para los trastornos comórbidos en 30 países europeos (28 Estados miembros de la UE, Noruega y Turquía) y pide una revisión más a fondo de la organización del servicio en toda Europa.

Una carga para los sistemas de salud y los legales

"Teniendo en cuenta la carga de los sistemas de salud y los legales, los trastornos mentales comórbidos entre usuarios de drogas resultan en altos costos para la sociedad y dan lugar a desafíos no sólo para los médicos, sino también para los políticos", dice informe. “Añade que uno de los principales retos en los próximos años se centrará en: dónde, cómo y por cuánto tiempo se tratará estos pacientes".

El informe concluye con una serie de recomendaciones, entre ellas: la detección sistemática y el tratamiento de los trastornos de salud mental comórbidos en las personas con trastornos por uso de sustancias; el desarrollo de futuros estudios para mejorar el conocimiento para el cuidado y tratamiento; una revisión de posibles intervenciones tempranas para identificar los casos de alto riesgo; y la inclusión de elementos de comorbilidad psiquiátrica en los sistemas de información actuales en toda Europa.

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