La malaria en el embarazo tiene un menor impacto adverso en la salud de mujeres que viven en regiones de alta transmisión de la enfermedad, y esto es gracias a una mayor respuesta inmune contra el parásito (resistencia) y a mecanismos que limitan el daño producido por la infección (tolerancia). Es lo que indica un estudio liderado por ISGlobal, centro impulsado por la Obra Social “la Caixa” y publicado en BMC Medicine. Estos resultados muestran que las mujeres expuestas al parásito desarrollan mecanismos para mitigar las consecuencias de la infección y sugieren que cuando se reduce la intensidad de transmisión, el impacto de la enfermedad en el embarazo aumenta.

Los anticuerpos dirigidos contra la proteína VAR2CSA de Plasmodium falciparum, parásito que causa la malaria, juegan un papel de protección durante el embarazo al prevenir la colonización de la placenta. Esta respuesta inmune (resistencia) también contribuye a reducir la cantidad de parásitos a niveles inferiores al límite de detección por microscopía (infecciones submicroscópicas). Además, el cuerpo también puede limitar el daño ocasionado por el parásito o por la inflamación asociada al parásito (tolerancia), sin necesariamente limitar la infección. Tanto la resistencia como la tolerancia determinan la progresión y gravedad de la enfermedad. Sin embargo, aún no está claro si una es resultado de la otra o si existen de manera independiente, particularmente en mujeres embarazadas.

El objetivo del estudio fue evaluar el impacto clínico de la infección por P. falciparum en más de 1.700 mujeres embarazadas de cuatro países de África subsahariana con diferentes intensidades de transmisión de malaria. El equipo investigador midió la prevalencia del parásito (por métodos moleculares) y determinó los niveles de anticuerpos y la proporción de infecciones submicroscópicas (como indicador de resistencia) y la relación entre la densidad del parásito y los niveles de hemoglobina en la madre y el peso del bebé (como indicador de tolerancia).

Los resultados indican que Benín es el país con mayor prevalencia (41%) y mayor porcentaje de infecciones submicroscópicas. Sin embargo, las mujeres de Mozambique, donde la prevalencia es la más baja (6%), tenían mayor densidad de parásito en la sangre y mayor riesgo de parto prematuro. Estos resultados indican que tanto la resistencia como la tolerancia al parásito disminuyen en regiones de baja transmisión del parásito. También sugieren que la reducción en el impacto de la infección en mujeres embarazadas de regiones altamente endémicas no solo es mediada por la respuesta inmune contra el parásito (resistencia) pero también por mecanismos que limitan el daño provocado por la infección (tolerancia).

“Aportamos evidencia de que las mujeres embarazadas expuestas al parásito desarrollan mecanismos para minimizar la patología de la enfermedad y que esto, junto con la resistencia inmune, reduce el impacto adverso de la malaria en el embarazo” señala Alfredo Mayor, coordinador del estudio. “Distinguir estos dos tipos de defensa (resistencia y tolerancia) es importante para entender cómo reducciones en la intensidad de transmisión pueden afectar la enfermedad”, añade.

Referencia:

Ndam NT, Mbuba E, González R, et al. Resisting and tolerating P. falciparum in pregnancy under different malaria transmission intensities. BMC Medicine. 2017 Jul 17;15(1):130.

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