Un estudio de la Universitat de València, el Hospital Ramón y Cajal y Fisabio ha demostrado que la administración de prebióticos influye en la composición y el funcionamiento de las bacterias intestinales de las personas afectadas por el VIH y que mejora parámetros de inflamación y función inmunológica. Los resultados, publicados en la revista Mucosal Immunology (del grupo ‘Nature’) confirman que estos tratamientos son efectivos para controlar la inflamación crónica que sufren estos pacientes.

“En este trabajo hemos demostrado que la administración de prebióticos produce no solo cambios beneficiosos en la microbiota intestinal, sino también la mejora de marcadores inmunológicos y cambios en la expresión de genes humanos, lo que demuestra la influencia de las bacterias sobre nuestra fisiología”, añade Andrés Moya, investigador de la Fundación Fisabio y catedrático de Genética de la Universitat de València.

El estudio multicéntrico ha sido codirigido por el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal y la Unidad Mixta de Investigación en Genómica y Salud de la Fundación Fisabio –dependiente de la Conselleria de Salut Universal i Salut Pública de la Generalitat Valenciana– y el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València (UV).

Entre las conclusiones, se destaca que el tratamiento con prebióticos ayudaría a prevenir las enfermedades relacionadas con el envejecimiento que aparecen más precozmente y con mayor frecuencia en las personas con VIH.

“Las bacterias intestinales contribuyen a mantener nuestra salud a través de un gran número de mecanismos. Por tanto, las alteraciones persistentes en la microbiota intestinal contribuyen a la aparición de problemas de salud. Las personas con VIH presentan cambios en estas bacterias debido a que el virus daña su hábitat a las pocas semanas de la transmisión”, explica el investigador del Hospital Ramón y Cajal Sergio Serrano.

Los investigadores han analizado las bacterias intestinales de un grupo de 44 individuos: 9 sujetos sanos y 35 pacientes con VIH con diferentes grados de control de la infección y de recuperación inmunológica.

“Del total de 44 pacientes reclutados en el Hospital Ramón y Cajal y el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, 34 de ellos recibieron prebióticos y los 10 restantes placebo durante un período de seis semanas. Llevamos a cabo la determinación de los distintos marcadores del sistema inmune así como la toma de muestras fecales de todos ellos antes y después del tratamiento”, detalla Vicente Estrada, investigador del Hospital San Carlos.

Las muestras se analizaron mediante técnicas de secuenciación masiva en los laboratorios de Genómica y Salud de FISABIO. En concreto, se estudió la composición de las bacterias que habitan en el intestino y su capacidad de producir ácidos grasos de cadena corta, como el ácido butírico que posee un importante efecto antiinflamatorio.

Los resultados han demostrado que la intervención con prebióticos modificó la estructura de la microbiota en todos los grupos de estudio. “Hemos visto que los pacientes con VIH presentan bacterias específicas. Algunas de ellas contribuyen negativamente a los procesos patogénicos y otras parecen haber sido seleccionadas en respuesta al proceso inflamatorio”, añade Jorge F. Vázquez-Castellanos, investigador de la Unidad Mixta en Genómica y Salud de FISABIO y la Universitat de València.

El estudio ha revelado que aquellos pacientes que presentan mayor abundancia de bacterias Faecalibacterium y Lachnospira mostraron un significativo aumento de la producción de ácido butírico y una mejoría de los biomarcadores inflamatorios.

Tal y como apunta María José Gosalbes, investigadora de la Unidad Mixta y del CIBERESP, “es probable que el grado de respuesta al tratamiento con prebióticos de los diferentes grupos de pacientes esté relacionado con la resistencia al cambio de las distintas comunidades bacterianas. La mayor mejoría la observamos en pacientes con una menor evolución de la infección por VIH y, en consecuencia, con un ecosistema bacteriano menos adaptado al nuevo estado inflamatorio”.

Consorcio de centros
El estudio se ha llevado a cabo en el seno de un consorcio en el que participan el Hospital Ramón y Cajal, la Unidad Mixta Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO) y el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biología Evolutiva de la Universitat de València (UV), el Instituto de Catálisis del Centro Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad San Pablo CEU, la Universidad de Lleida, la Universität Hohenheim (Alemania), los Hospitales Clínico San Carlos, Doce de Octubre, La Paz y Fundación Jiménez Díaz en Madrid, el Centro Sandoval (Madrid), el Hospital del Mar de Barcelona, el Hospital San Pedro de Logroño y el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Artículo:
Sergio Serrano-Villar, Jorge Francisco Vázquez-Castellanos, Alejandro Vallejo, Amparo Latorre, Talía Sainz, Sara Ferrando-Martínez, David Rojo, Javier Martínez-Botas, Jorge del Romero, Nadia Madrid, Manuel Leal, Juana I. Mosele, María José Motilva, Coral Barbas, Manuel Ferrer, Andrés Moya, Santiago Moreno, María José Gosalbes,Vicente Estrada. The effects of prebiotics on microbial dysbiosis, butyrate production and immunity in HIV-infected subjetcs. Mucosal Immunogy 2016 (en prensa).

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