El estudio de fase III COSMIC-311, que el Dr. Jaume Capdevila, responsable de la unidad de tumores neuroendocrinos del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador del Grupo de Tumores Gastrointestinales y Endocrinos del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), dentro del Campus Vall d’Hebron, ha coliderado con investigadores de referencia mundial en cáncer de tiroides, ha servido para demostrar la actividad del fármaco inhibidor multiquinasa cabozantinib en pacientes de cáncer diferenciado de tiroides refractario al yodo radiactivo y que han progresado después de una terapia previa antiangiogénica. Los resultados de este estudio han sido presentados en el marco del congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra de forma virtual entre los días 4 y 8 de junio.

“Estos resultados son muy relevantes porque los pacientes en los que se ha demostrado la eficacia de cabozantinib no disponen actualmente de ninguna opción de tratamiento que haya demostrado un impacto en el control de la enfermedad. Gracias a este estudio, ahora existe una nueva herramienta en nuestro arsenal terapéutico que ayuda a aumentar de forma significativa su supervivencia, abriendo una nueva opción de tratamiento para pacientes para los que ya no había otras posibilidades”, explica el Dr. Jaume Capdevila, quien recalca que cabozantinib es el primer fármaco en demostrar eficacia en una situación de progresión a otros inhibidores multiquinasa.

El cáncer de tiroides diferenciado es el tumor endocrino más frecuente, con buen pronóstico y supervivencias superiores al 85%, siendo la extirpación del tumor con cirugía el principal tratamiento para la mayoría de estos cánceres. Sin embargo, en algunos pacientes que presentan diseminación a los ganglios linfáticos o a sitios distantes es necesario el uso de yodo radiactivo. Algunos de estos pacientes, no obstante, acaban por no responder a este tratamiento y el tumor vuelve a crecer.

“Hoy en día tenemos dos fármacos inhibidores multiquinasa aprobados en cáncer diferenciado de tiroides diseminado refractario al radioyodo, que son sorafenib y lenvatinib. El problema es que cuando estos fármacos fracasan, no tenemos más opciones de tratamiento que hayan demostrado eficacia”, explica el Dr. Capdevila. Cabozantinib es un inhibidor que ya había demostrado actividad clínica en pacientes con cáncer de tiroides en estudios previos de fase 1 y 2, y que ahora se confirma con este último estudio internacional de fase 3.

Bloqueando el crecimiento de los vasos sanguíneos

Los tumores para crecer necesitan un suministro importante de sangre. Para conseguirlo emiten señales químicas que estimulan el crecimiento de vasos sanguíneos nuevos, lo que se conoce como angiogénesis. Algunas de esas señales, como el factor vascular de crecimiento endotelial (VEGF), se adhieren a receptores en la superficie de células endoteliales normales. Cuando el VEGF y otros factores de crecimiento endotelial se adhieren a sus receptores en las células endoteliales, se inician señales dentro de ellas que promueven el crecimiento y la supervivencia de nuevos vasos sanguíneos.

Todo esto hace que una de las estrategias que se siguen para detener el crecimiento de los tumores sea atacar esa angiogénesis. Cabozantinib bloquea precisamente los receptores de VEGF (VEGFR), además de otras vías metabólicas importantes para la formación de los tumores. “Su capacidad de inhibir dianas que otros fármacos no tienen, como c-MET, es una de sus principales diferencias, además de que sabemos que es capaz de revertir la resistencia a otros inhibidores de la angiogénesis”, continúa explicando el Dr. Jaume Capdevila.

Los resultados que se comunican en el congreso de ASCO 2021 del estudio COSMIC-311 incluyen los primeros 187 pacientes que participaron, y que se asignaron al azar, en una proporción de 2 a 1, a dos grupos, uno que recibió el tratamiento con cabozantinib y otro al que se le administró un placebo. A los pacientes que recibieron placebo se les ofreció la oportunidad de recibir cabozantinib tras la progresión de la enfermedad. Los pacientes se estratificaron atendiendo a si habían sido tratados previamente con lenvatinib y si su edad era mayor o menor de 65 años, ambos factores pronósticos bien definidos. Todos los participantes en el estudio presentaban un cáncer diferenciado de tiroides refractario al radioyodo y habían recibido tratamiento con inhibidores de VEGFR previamente.

En el análisis intermedio de los datos se ha visto que se ha cumplido con el criterio de valoración principal del estudio, que era la supervivencia libre de progresión de la enfermedad, demostrándose que cabozantinib es capaz de mejorarla de forma significativa, observándose un beneficio en todos los subgrupos, incluido los que habían recibido de forma previa lenvatinib. “También hemos visto que la tasa de respuesta objetiva fue del 15%, siendo del 0% en los pacientes que recibieron el placebo, y se observó también una tendencia favorable en la supervivencia global”, añade el Dr. Capdevila, quien resaltó cómo el cabozantinib mostró, en definitiva, una mejora clínica y estadísticamente significativa respecto al placebo, pudiendo, por lo tanto, representar un nuevo estándar en pacientes con cáncer diferenciado de tiroides refractario al radioyodo previamente tratados.

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