Desbloquear el móvil y mirar la pantalla… ¿Cuántas veces lo hacemos a lo largo del día? Este pequeño dispositivo casi se ha convertido en una prolongación de nuestro cuerpo que nos acompaña prácticamente a todas partes durante todo el día. Además, el uso de pantallas ha aumentado durante la pandemia. ¿Puede este hábito influir en la salud?
Existe gran cantidad de estudios, especialmente en niños y adolescentes, cuyos resultados nos informan de que el uso excesivo de dispositivos digitales con pantalla uv, especialmente por la noche, puede disminuir la calidad del descanso nocturno y es el causante del desfase horario o jet lag social entre fin de semana y días escolares.
El motivo por el que afectan al descanso nocturno parece ser el siguiente: la luz azul que emiten las pantallas digitales envía a la retina del ojo un mensaje similar a la luz ultravioleta del sol. El sistema nervioso entiende que es de día por lo que retrasa y disminuye la secreción de melatonina por parte de la glándula pineal. La melatonina es una hormona con funciones variadas. La más conocida es su implicación en la sucesión de los ciclos de sueño y vigilia tan importantes para tener un buen descanso nocturno y un buen rendimiento diurno. A largo plazo, el uso excesivo de pantallas podría disminuir la acción antioxidante y antiinflamatoria de la melatonina sobre los tejidos celulares, por lo que puede tener un impacto también sobre el sistema inmunitario.
Si no se puede cambiar, se puede mejorar…
La pandemia y la necesidad de confinamiento han extendido indirectamente el tiempo de exposición a dichas pantallas. Por ejemplo en muchas empresas se ha recurrido al teletrabajo y en muchos colegios a las clases online, entre otros. Por este motivo no es fácil recomendar simplemente una disminución del tiempo de exposición, pero pueden darse unas pautas para disminuir los posibles daños:
Bibliografía: