La revista Hepatology publica las conclusiones de un comité de expertos convocado por la Sociedad Americana de Radiología para revisar la guía LI-RADS (Liver Imaging Reporting and Data System), que establece criterios para el diagnóstico del cáncer de hígado a partir de patrones radiográficos. La elaboración del documento, en la que han participado expertos de reconocido prestigio internacional, ha sido liderada por el Dr. Jordi Bruix, jefe de la Unidad de Oncología Hepática del Hospital Clínic y del IDIBAPS. El objetivo ha sido armonizar los criterios de esta guía con los de otras existentes para estratificar el riesgo de que una lesión se convierta en un cáncer de hígado o establecer, si es posible, el diagnóstico sin la necesidad de métodos más invasivos como la biopsia.
Uno de los debates más intensos en oncología hepática es si el diagnóstico por la imagen por sí sólo puede servir o no para determinar si un nódulo en el hígado es maligno o es necesario realizar una biopsia. Desde hace años los criterios diagnósticos basados en este tipo de pruebas se han recogido en diferentes guías elaboradas por diversas asociaciones internacionales y que se basan en criterios desarrollados y validados en el Clínic.
Una de ellas es la guía LI-RADS, publicada en 2011 por la Sociedad Americana de Radiología, que clasifica el riesgo de padecer un carcinoma hepatocelular – el tipo más frecuente de cáncer de hígado- en 5 categorías en función de la interpretación de escáneres o resonancias magnéticas. Sin embargo, en el resto de guías existentes, como las de las Asociaciones Europea y Americana para el estudio de las enfermedades del hígado, se categoriza el diagnóstico mediante estas herramientas como positivo, negativo o indeterminado. Es necesario, pues, unificar criterios e intentar desarrollar un sistema estandarizado que describa los patrones de imagen detectados en pacientes con tumores hepáticos, con el objetivo final de reducir la variabilidad en la interpretación de las lesiones y agilizar los procesos de toma de decisiones sobre el tratamiento más adecuado.
En esta revisión se armonizan los criterios que utilizan las guías radiológicas americanas con los ya existentes y recomendados en el resto de documentos para la práctica clínica de otras asociaciones internacionales. Por otra parte, los expertos que han participado en la elaboración del documento proponen que, aunque las categorías establecidas por la LI-RADS son útiles, es necesaria una revisión más precisa del riesgo de que una lesión sea maligna incluido en cada una de ellas, es decir, hay que refinar su gradación.
Cabe destacar que los criterios diagnósticos recomendados en el artículo se basan en estudios realizados en el Hospital Clínic y en los que han participado los radiólogos involucrados en la Unidad de Oncología Hepática. En este sentido, la revista Radiology publica en su edición online un estudio realizado por el mismo grupo en el que se validan las recomendaciones hechas en la revisión de LI-RADS. Se refuerza el concepto de que es mejor estratificar las lecturas de imagen en positivas, negativas o indeterminadas, pues un gran porcentaje de estas últimas corresponden a un tumor maligno y es necesario no demorar el proceso diagnóstico en función de la diferente probabilidad de malignidad.
Referencias bibliográficas:
Donald G. Mitchell, Jordi Bruix, Morris Sherman and Claude B. Sirlin.
Hepatology. 2015 Mar;61(3):1056-65. doi: 10.1002/hep.27304. Epub 2014 Dec 12.
Darnell A, Forner A, Rimola J, Reig M, García-Criado Á, Ayuso C, Bruix J.
Radiology. 2015 Feb 5:141132. [Epub ahead of print]