Una de las causas con las que se relaciona la obesidad es la resistencia a la leptina, una hormona producida por el adipocito (la célula principal de la grasa corporal) que se ocupa de notificar al cerebro que ya se dispone de suficiente grasa acumulada para que dé la orden de reducir la sensación de hambre. Cuando un cuerpo sufre obesidad, las células del cerebro que velan por mantener el peso corporal no hacen sus funciones adecuadamente, ya que el cerebro es incapaz de reconocer las señales químicas, como la leptina, que llegan del tejido adiposo. Las personas con obesidad muestran resistencia a la leptina, de forma muy similar a la resistencia a la insulina que presentan los pacientes con diabetes tipo 2.

Los investigadores del grupo de investigación en Nutrigenómica, del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la URV, han comprobado que administrar una subfamilia de compuestos fenólicos del vino -conocida como proantocianidines-, en casos de obesidad, permite que las células del cerebro recuperen la sensibilidad a la leptina. Consecuentemente, estas células ponen en marcha una serie de mecanismos compensatorios para reducir inmediatamente la ingesta y disminuir el exceso de grasa corporal.

En este experimento, llevado a cabo con ratas macho, los investigadores han conseguido que las proantocianidinas restauraran la sensibilidad a la leptina y que el hipotálamo reconociera la señal, interpretara la información y activara el mecanismo. Además, la resistencia a la leptina en la obesidad ha sido atribuida parcialmente a la inflamación del hipotálamo, debido a la sobrealimentación, y se ha evidenciado que administrar polifenoles de la uva reduce esta inflamación.

A pesar de estas mejoras en la sensibilidad a la leptina, las ratas tratadas con fenoles de la uva no redujeron el volumen del cuerpo de manera significativa con la dosis y el tiempo que duró el experimento, que no fue suficiente para ver restablecidas las disfunciones del mecanismo en su totalidad. Aun así, el peso y la masa corporal de las ratas tratadas se redujo del 10 % al 16 %, respecto de las que no fueron tratadas.

Los investigadores consideran, al trasladar estos datos a los humanos, que incluir estos fenoles en la dieta de las personas con obesidad puede ser una buena estrategia para reducir el hambre y mejorar la sensibilidad a la leptina, como complemento de otras terapias antiobesidad.

Referencia bibliográfica: Maria Ibars, Andrea Ardid-Ruiz, Manuel Suárez, Begoña Muguerza, Cinta Bladé y Gerard Aragonés: “Proanthocyanidins potentiate hypothalamic Leptis / STAT3 signalling and POMC gene expression in ratas with diet-induced Obesity”. International Journal of Obesity. 18 de octubre de 2016. Doi: 10.1038/ijo.2016.169

Imagen: Maria Ibars (izquierda) y Andrea Ardid (derecha), estudiantes predoctorales autoras del artículo, en el laboratorio del Departamento de Bioquímica y Biotecnología.

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