Introducción

La artrosis es una enfermedad crónica y degenerativa del cartílago articular, tejido que recubre la superficie de las articulaciones y cuya función es amortiguar y disminuir el roce entre los huesos durante el movimiento. Es la enfermedad más frecuente de las articulaciones, y ocurre cuando el cartílago se desgasta y se desprende, lo que a su vez produce una reacción inflamatoria.

Numerosos factores de riesgo influyen sobre el desarrollo de esta enfermedad. Entre ellos encontramos: el sobresfuerzo o estrés mecánico (cuando sobrecargamos la articulación), la obesidad, la genética, el sexo o los factores anatómicos. Ahora bien, la mayoría de los casos se relaciona con la edad (se incrementa el riesgo a partir de los 50 años). En líneas generales y función de estos factores, se pueden diferenciar tres principales tipos de artrosis: postraumática, artrosis asociada a la edad y síndrome metabólico asociado con artrosis (MetS).

Artrosis postraumática

Este tipo de artrosis suele observarse en personas de menos de 45 años y suele asociarse a localizaciones anatómicas muy concretas, habitualmente la cadera, la rodilla, los tobillos o los hombros, por ejemplo. Se debe a un estrés mecánico repetitivo en esa articulación (suele ser el caso en deportistas) o bien es causada por un traumatismo concreto (ej. una fractura).

Artrosis asociada a la edad

Suele darse en pacientes mayores de 65 años, que no han tenido ningún historial de trauma o MetS y se localiza más bien en las rodillas, las caderas o las manos. Se debe a que, durante el envejecimiento, se dan toda una serie de procesos celulares que modifican la estructura y funcionalidad del cartílago. Entre ellos encontramos:

–Acumulación de células envejecidas (senescentes), es decir, células que no son capaces de proliferar y regenerar el tejido.

–Liberación de citoquinas proinflamatorias que contribuyen al desarrollo de un estado inflamatorio.

–Acumulación de enzimas que van a favorecer la degradación del tejido.

Síndrome metabólico asociado con artrosis

Bajo el término MetS se incluye todo un conjunto de trastornos como la hiperglicemia (glucosa alta), la hipertensión, la hiperlipidemia (grasa circulante alta), la obesidad, la hipercolesterolemia… Se ha visto que podría establecerse relación estrecha entre el MetS y la artrosis debido a que esos trastornos también se relacionan con la acumulación de moléculas inflamatorias y deficiencias o alteraciones en el metabolismo de azúcares y grasas.

En resumen, la artrosis es una enfermedad de etiología compleja, en la que influyen múltiples factores. Existen distintas terapias que tratan de combatir sus principales síntomas, como el dolor y la inflamación. Entre ellas se encuentra la microinmunoterapia, cuyo objetivo es ayudar al organismo a organizar una respuesta inmune específica frente a la inflamación y favorecer el restablecimiento de la función del tejido.

Bibliografía:

  1. Chadha, R. (2016). Revealed aspect of metabolic osteoarthritis. Journal of Orthopaedics, 13(4), 347–351.
  2. Loeser, R. F., Collins, J. A., & Diekman, B. O. (2016). Ageing and the pathogenesis of osteoarthritis. Nature Reviews Rheumatology, 12, 412-429.
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