El valor de la exportación hortofrutícola española en 2015 creció un 11,7%, ascendiendo a 11.902 millones de euros según datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales del Ministerio de Economía, lo que lo convierte en una de los sectores agrícolas más importantes de España. Sin embargo, existe todavía un gran inconveniente que afecta gravemente a la comercialización de la fruta: su rápido deterioro post-cosecha, durante el almacenamiento y el transporte de la misma debido entre otros factores al desarrollo microbiano, principalmente de mohos y levaduras que están ampliamente distribuidos en la naturaleza y en contacto con los alimentos.

Para evitar esta alteración de la fruta, cada vez existe un mayor interés por parte de la industria, en la aplicación de compuestos naturales que suplan a los productos químicos o de síntesis que se aplican habitualmente para su conservación y que pueden llegar a ser nocivos para la salud. Es por ello, que desde el grupo de investigación Calidad y Microbiología de los Alimentos CAMIALI, de la Escuela de Ingenierías Agrarias de la UEx y del Instituto Universitario de Investigación de Recursos Agrarios INURA se ha llevado a cabo un estudio cuyo objetivo es probar la capacidad antimicrobiana de compuestos naturales, concretamente extractos fenólicos obtenidos de la harina de soja, como medio para prolongar la vida útil de la fruta inhibiendo el desarrollo microbiano.

Tal y como afirma una de las autoras del estudio, María del Carmen Villalobos, “la harina de soja es un subproducto derivado de la extracción de aceite de la soja, el cual posee un alto contenido en proteínas, hierro, vitaminas B y calcio, además de ser muy rica en compuesto fenólicos, isoflabonas y fenoles ácidos, lo cuales presentan propiedades antimicrobianas y antioxidante”. Por estas razones añade la investigadora, “se ha decidido aplicar estos compuestos, en concreto en frutas de hueso e higos, certificando su efecto antifúngico en el desarrollo de mohos y levaduras”.

Concretamente, la aplicación se ha destinado a intentar erradicar uno de los patógenos vegetales más importantes que afecta a la fruta de hueso, el perteneciente al género de Monilia, así como otros mohos y levaduras que forman parte de la microflora natural de fruta y que en un número elevado causan alteración de la misma. En este sentido afirma Santiago Ruiz –Moyano, investigador de la UEx, y miembro del equipo de trabajo “el uso de los compuestos fenólicos presentes en la harina de soja con altas propiedades antifúngicas en tratamientos postcosecha supone una herramienta importante para est-e sector en nuestra región con el objetivo de ser más competitivo y poder llegar a mercados más lejanos, debido al aumento de la vida útil de la fruta con la aplicación de estos compuestos.

Gracias a esta aplicación no sólo se consigue que compuestos fenólicos presentes en un subproducto como la harina de soja, retrasen la degradación de la fruta, gracias a su actividad antimicrobiana, sino que también se evita el uso de compuestos químicos, que en muchos casos pueden suponer un peligro para la salud del consumidor, con la consiguiente revalorización de este subproducto de harina de soja para su uso en el procesado de alimentos.

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